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Diciembre 26, 2018 11:03 hrs.

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24 de diciembre 2018

Lunes de la cuarta semana de Adviento
Primera lectura
2 S 7, 1-5. 8-12. 14. 16
Tan pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: "¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro, mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?" Natán le respondió: "Anda y haz todo lo que te dicte el corazón, porque el Señor está contigo".

Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ’¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra.

Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.

Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente’ ".
Palabra del Señor
Te alabamos, Señor Jesús

Salmo Responsorial
Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29
R.(cf 2a) Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor
y daré a conocer que su fidelidad es eterna,
pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre
y mi lealtad, más firme que los cielos.
R. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Un juramento hice a David, mi servidor,
una alianza pacté con mi elegido:
’Consolidaré tu dinastía para siempre
y afianzaré tu trono eternamente.’
R. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
El me podrá decir: ’Tú eres mi padre,
el Dios que me protege y que me salva’.
Yo jamás le retiraré mi amor,
ni violaré el juramento que le hice".
R. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna,
ven a iluminar a los que yacen en las tinieblas
y en las sombras de la muerte.
R. Aleluya.

Evangelio
Lc 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:

"Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
y ha hecho surgir en favor nuestro
un poderoso salvador en la casa de David, su siervo.
Así lo había anunciado desde antiguo,
por boca de sus santos profetas:
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de las manos de todos los que nos odian,
para mostrar su misericordia a nuestros padres,
acordándose de su santa alianza.

El Señor juró a nuestro padre Abraham
concedernos que, libres ya de nuestros enemigos,
lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia
delante de él, todos los días de nuestra vida.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos
y a anunciar a su pueblo la salvación,
mediante el perdón de los pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz’’.



’ El Señor ha visitado y redimido a su pueblo ’

Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16:
Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.»
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mi hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."»
Palabra del Señor
Te alabamos, Señor Jesús


Salmo
Sal 88 R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R/.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy
Estaré contigo en todas tus empresas
Se puede decir que este texto es la mejor clave para captar la teología mesiánica de la Biblia; es el culmen de toda la historia del rey David, cuya real dimensión no hay que cifrarla en sus hazañas militares, ni en su inteligencia política para regir aquel pueblo, sino, y sobre todo, en la promesa que Yahvé formula sobre la perpetuidad de su reino al afirmar que tendrá una dinastía perenne. El rey, consciente de dónde vive él y dónde está el Arca de la Alianza, expresa su deseo de erigir al Señor una casa (en su doble acepción: edificio de fábrica, y la dinastía real). Natán habla en nombre de Yahvé y expresa que su voluntad va más allá que morar en un edificio: Él quiere estar presente en la historia de su pueblo, vía descendencia davídica, su mejor casa que se cimentará en la promesa divina de acompañar siempre a su pueblo. El Señor se revela a su pueblo no para inmovilizarse sino para ser caminante con sus hijos.

El Señor ha visitado y redimido a su pueblo
Al igual que María, Zacarías canta su gratitud por la salvación que ya se atisba en la historia de los hombres, y más en concreto en el trabajo de Juan como profeta y anunciador de Jesús de Nazaret. La salvación está ya entre nosotros, la fuerza de Dios se hace presente en el seno de una mujer. El sol que nace de lo alto, el Mesías, viene a ser la raíz de nuestra libertad, la que se precisa para servir al Señor con santidad y justicia en todo tiempo. Este Mesías tendrá un antecesor, el que irá delante del Señor preparando los caminos, ayudándonos a leer nuestros desiertos y destierros a la luz de la esperanza que nos trae el Esperado. Juan, el hijo de Zacarías e Isabel, será el profeta, la voz, no la palabra. Por eso su dimensión religiosa y teológica se medirá por preparar los caminos del Señor y llevar a los hijos de Dios al conocimiento del Mesías esperado. Todo es un relato de delicada misericordia que hace amanecer el sol iluminador de nuestros pasos peregrinos de paz.

Lo miro y te veo a ti
en tu cara lo contemplo.
Dame la gracia, María
de seguirlo hasta el Encuentro.
Que a ti te rogamos, siempre
en el canto de la salve
que después de este destierro
nos lo muestres como Madre.

(Pedro León)
Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)

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’ Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz ’

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