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Junio 25, 2019 00:32 hrs.

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La Palabra de Dios

Martes 25 De Junio 2019

Primera lectura
Gn 13, 2. 5-18
Abram era muy rico en ganado, plata y oro. También Lot, que acompañaba a Abram, poseía ovejas, vacas y tiendas. La tierra no era suficiente para los dos y ya no podían vivir juntos, porque sus rebaños habían aumentado mucho. Hubo pleitos entre los pastores de Abram y los de Lot. (Además, los cananeos y los perezeos habitaban por entonces en el país).

Entonces Abram le dijo a Lot: "Que no haya pleitos entre tú y yo ni entre nuestros pastores, pues tú y yo somos hermanos. Tienes todo el país por delante. Sepárate de mí. Si te vas por la izquierda, yo me iré por la derecha; y si tú tomas la derecha, yo tomaré la izquierda".

Lot levantó los ojos y vio que todo el valle del Jordán, hasta llegar a Soar, era de regadío (esto sucedía antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra); era como el paraíso o como la región fértil de Egipto. Entonces Lot escogió todo el valle del Jordán y se trasladó al oriente, y así se apartaron el uno del otro. Abram se estableció en Canaán, y Lot en las ciudades del valle, donde plantó sus tiendas hasta Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran malvados y pecaban gravemente contra el Señor.

Después de que Lot se separó, el Señor le dijo a Abram: "Alza tus ojos y, desde el lugar en donde estás, mira hacia el norte y el sur, hacia el oriente y el poniente. Pues bien, toda la tierra que ves te la voy a dar a ti y a tus descendientes para siempre. Voy a hacer a tu descendencia tan numerosa como el polvo de la tierra: el que pueda contar el polvo de la tierra, podrá contar a tus descendientes. Anda, recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque te lo voy a dar a ti".

Y Abram fue a plantar sus tiendas en el encinar de Mambré, en Hebrón y construyó ahí un altar al Señor.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5
R. (1b) ¿Quien será grato a tus ojos, Señor?
El hombre que procede honradamente
y obra con justicia;
el que es sincero en todas sus palabras
y con su lengua a nadie desprestigia.
R. ¿Quien será grato a tus ojos, Señor?
Quien no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino;
quien no ve con aprecio a los malvados,
pero honra a quienes temen al Altísimo.
R. ¿Quien será grato a tus ojos, Señor?
Quien presta sin usura
y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes,
ése será agradable
a los ojos de Dios eternamente.
R. ¿Quien será grato a tus ojos, Señor?

Aclamación antes del Evangelio
Jn 8, 12
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
R. Aleluya.

Evangelio
Mt 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.

Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!"
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión del Evangelio de hoy
No haya disputas entre nosotros dos, somos hermanos
En la lectura del Génesis vemos a Abrán y Lot, tío y sobrino con sus inmensas riquezas, tanto que no cabían juntos. Abrán dijo a Lot no haya disputas entre nosotros. El prefirió dar a su hermano la preferencia al escoger adonde quería ir. Su corazón era desprendido de los bienes materiales, nada valía la pena como para enemistarse con su hermano, fomenta la paz y las buenas relaciones entre ellos, nada le importa porque tiene puesta su confianza en Dios que le hizo una promesa que ahora le reafirma: ’Toda la tierra que abarques con tu mirada te la daré a ti y a tus descendientes’.

Por otro lado, vemos a Lot, que posiblemente como cualquiera de nosotros al darnos a escoger, escogemos lo mejor, tierras regadas para los sembríos, parecían un jardín, se deja llevar por su instinto de supervivencia. Nunca se hubiera imaginado que su deseo de lo mejor llevaría a la destrucción al tener unos vecinos que pecaban gravemente contra el Señor. Cuando fue destruida Sodoma y Gomorra, si Abrán no hubiera intercedido, Lot hubiera perecido, perdió a su esposa, que terminó como estatua de sal, al mirar atrás, perdió sus bienes tan numerosos; le quedaron sus hijas. Así también nos puede pasar a nosotros tantas veces fascinados por los lujos, comodidades, tantas conciencias vendidas por dinero haciendo sobornos, tantas personas esclavizadas en vicios; situaciones de las cuales difícilmente se puede salir. Hemos de vivir dignamente, sobre todo como Abran, sin poner la confianza en nosotros mismos ni en lo que tenemos, nuestra confianza debe estar en Dios; busquemos su bendición como Abran, nuestro padre en la fe.

El Salmo nos indica pasos prácticos para poder hospedarnos en la Tienda del Señor, estar en su casa, estar con Él que consiste en ’tratar a los demás como quieres que te traten a ti’ y mejor aún, ’amar como Cristo nos amó’.

¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida!
El Evangelio de hoy nos presenta dos partes: ’No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros’. Esta perícopa hemos de situarla en el contexto del Evangelio de San Mateo que escribe para una comunidad judía. La enseñanza que podemos recoger es que hemos de discernir con sabiduría el modo de entregar el don de la gracia que hemos recibido para que sea acogido con respeto y dignidad.

La segunda parte del evangelio de hoy nos habla de entrar por la puerta estrecha. Aquí se refleja lo que vimos entre Abran y Lot. La puerta espaciosa es como el vergel que escogió Lot.

La puerta por la que entramos al redil del Señor es estrecha ¿Qué podemos hacer para entrar por allí? Don Miguel de Unamuno escribe con su bella poesía que habla de la puerta y dice así:

Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños,
yo he crecido, a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad;
vuélveme a la edad aquella
en que vivir es soñar.

Lo primero, aunque no lo expresa es que tiene el deseo de pasar por allí. Lo importante es que tomemos la decisión de entrar. Somos libres para decidir. Optemos por lo que nos llevará a lo que de verdad es bueno para nosotros y para los demás. Que estemos dispuestos a dar el paso a hacernos ’como niños’ porque de ellos es el Reino de los cielos. Si de verdad lo queremos, el Señor nos ayudará y también hemos de pedírselo y nos achicará por la humildad y del amor a la vez, la puerta se agrandará por Su amor y Misericordia.

Es igual, que la puerta se agrande o que nosotros nos achiquemos, pero lo más importante es que somos nosotros quienes tenemos de quererlo y buscarlo.

Que seamos muchos o mejor, que seamos ’todos’ quienes queramos entrar.

¿En quién he puesto mi confianza?

¿En qué experimento que la puerta es estrecha para mí?

Noviciado Federal de la Inmaculada
Monjas Dominicas - Valencia

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’ ¡Qué angosto el camino que lleva a la vida! ’

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