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Julio 21, 2017 13:09 hrs.

José García Sánchez › diarioalmomento.com

Política ›


La estructura del PRD en la ciudad de México comienza a mostrar su cara más autoritaria y delictiva, antes del desmantelamiento de sus centros de corrupción quieren desvalijar a los capitalinos y llevarse la mayor cantidad de dinero posible porque saben que no volverán al poder.
Ahora, los centros de corrupción y latrocinio no son sólo los corralones centro de acopio de las mafias perredistas, y los cruceros donde se asientan los uniformados de la SSP, son la ciudad entera, porque ellos consideran que les pertenece.
Como se trata de hordas de analfabetas, el PRD creó un sistema paralelo de poder, los que pueden interactuar con la sociedad, que son los domesticados que están en nómina en las delegaciones y los gorilas que trabajan en organizaciones como Asamblea de Barrios, supuestamente en defensa de la gente necesitada, que en realidad es un poder superior al del propio delegado.
Si se solicita un permiso para cualquier actividad en la delegación, se sigue el papeleo, se pagan las propinas, se otorga el permiso, de todas maneras es imposible realizar actividades en ese lugar porque al advertir la Asamblea, a través de sus informantes, la presencia de negocios donde ellos no están incluidos, llegan con lujo de violencia a insultar y golpear gente para sacarlos del lugar que ya otorgó la delegación. Amenazan con golpear, con llevarse mercancía, incluso con matar.
Esto sucede continuamente en Álvaro Obregón, donde cada centímetro de la delegación está en manos de la Asamblea de Barrios y no permiten ningún movimiento extraño de la población porque cobran derecho de piso, así como suelen hacer los narcotraficantes, que al parecer actúan con toda libertad en dicha circunscripción.
La delegación es sólo la oficialía de partes de la Asamblea de Barrios en Álvaro Obregón, integrada por jóvenes que no rebasan los 25 años y que se dedican a extorsionar a todo habitante de la delegación, con el pretexto de que no tienen permiso para trabajar. Desde luego que la delegación se cuida de no provocar su ira y se abstiene de dar permisos por escrito, no vaya a ser que los gorilas tomen las oficinas por asalto como ya lo han hecho en otras delegaciones.
Ese es el poder de las supuestas bases sociales del PRD, sus raíces populares, sus bastiones ciudadanos.
En Álvaro Obregón, quien en realidad manda es Heriberto Delgado, jefe de las tribus de la Asamblea que se pasean en camionetas de lujo, y están acostumbrados a ganar dinero fácilmente a costa de la población.
El problema es que una vez que el PRD esté fuera de la ciudad de México, estos delincuentes deberán dedicarse al asalto, al secuestro y a la venta de drogas, porque no saben hacer nada y están acostumbrados a ganar grandes cantidades de dinero con sólo amedrentar a la población.
La Asamblea de Barrios es un verdadero peligro para la ciudad de México desde estos momentos que actúan bajo la protección de las autoridades y será más peligrosa en el futuro sin control alguno.
Este es el voto duro de Miguel Ángel Mancera, delincuentes protegidos por las autoridades. Lo que el PRD llama su base social sólo le ha servido al jefe de gobierno como grupo de choque para privatizar espacios, para hacer negocio con las bicicletas, invadir predios, tomar edificios, para contaminar más la ciudad, para darle luz verde al narcotráfico en la capital, para incrementar la delincuencia, para abrirle la puerta al secuestro exprés, etc.
La Asamblea de Barrios, así como el PRD nacieron sanos, fueron creciendo conforme avanzaban en su ambición personal y su rapiña. Se olvidaron de los principios que le dieron origen hasta degenerar en lo que ahora son.

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Adiós al PRD

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