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Abril 29, 2015 20:07 hrs.
Araceli Ordoñez Cordero › diarioalmomento.com
Cultura ›
─No es posible el Doctor no aparece, dicen que lo vieron salir del pueblo
─Cómo dices eso. ¿Apoco no-más por la pena se fue?
─Yo creo que se fue porque la Lupe está embarazada y ya saben lo que se cuenta…
─Ja,ja… ¿Qué embarazada ella? Y él se le nota que es uno de esos raros…
─ ¡Basta! Dejen de hablar así de Fraile Cansado de la Cabaña, yo siempre estoy con él, trabajo aquí y eso es suficiente. Muchas lo visitan, pero él es un hombre bueno, respetuoso, y entregado a su deber. Y más bien yo creo que algo le ha pasado; él no se va así como así y menos sin avisar… Por favor busquémoslo.
─Vaya, vaya, pero si está hablando “la escoba con patas”… ¿No me digas que estas enamorada?
Las risas frente al escritorio, los insultos al por mayor, el malestar de sentirse desnuda no sabía qué hacer o cómo actuar. Esa mujer sin gracia, ese ser distinto a los muchos, esa alma caritativa, ese motor en el pecho que comienza a rugir, esas mariposas enclaustradas en un morral para ser ahogadas, el llanto no expresado por el campo minado, el deseo de ser dentro de la no-palera, cualquier pregunta es mejor que el berrido de los presentes…
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