Amputan las manos de 7 ladrones

* "Grupo de élite Antirratas" es un grupo que ha decidido tomarse la justicia por su mano

La espiral de horror y violencia que vive México vuelve a alcanzar cotas dramáticas. Esta vez, con nuevos protagonistas.

El pasado lunes, en Tlaquepaque (Jalisco), unos desconocidos autodenominados ’Grupo de élite Antirratas’ se tomaron la justicia por su mano, literalmente.

Estos justicieros mexicanos decidieron amputar las manos de siete presuntos ladrones. Uno de ellos murió a consecuencia de las heridas. El fallecido fue encontrado junto a un cartel en el que ponía "esto nos pasó por rateros", junto a otras advertencias dirigidas a los ladrones de casas, coches y motocicletas y a quienes agredan a los peatones.

Los otros seis ladrones fueron encontrados sin manos, cortadas a la altura de la muñeca y cubiertas por plásticos. Además de las múltiples heridas, las víctimas de la agresión tenían escrita la palabra rata por diversas partes del cuerpo. Por si fuera poca la crueldad, los agresores dejaron los miembros seccionados en dos bolsas de plástico en el suelo.

" Tenemos un problema de descomposición política y social" por "casos de corrupción que no son atendidos, lo que lleva a que la gente esté enojada y quiera hacer justicia por propia mano", afirmó María Elena Morera, activista de la organización civil Causa en Común, que promueve la reconciliación entre policía y sociedad, informa Clarín.

Además de las múltiples heridas, las víctimas de la agresión tenían escrita la palabra rata por diversas partes del cuerpo

"Esto parece la parábola del sapo en la cubeta de agua: empieza a hervir y no se da cuenta de que se está cociendo; estamos dentro de algo que se está descomponiendo", explicó a EFE el experto Roy Campos, presidente de la firma de opinión pública Consulta Mitofsky.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, entre 2014 y 2015 en el país se pasó de 34 millones de delitos a 29 millones, pero "el grado de violencia con el que se están cometiendo ahora es mucho más alto", denuncia Morera. La activista cree que todo se debe a "un desorden institucional" y una sensación de "impunidad tan grande que la gente siente que puede hacer lo que quiera".