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Agosto 15, 2017 22:31 hrs.

Luis Borja › diarioalmomento.com

Cultura ›


Ahí! bajo el puente, vive un hombre que seguramente tendría un hogar, una familia, amigos y un empleo. Ahora estás solo y abandonado.
Por las noches, duerme con una cobija sucia y cartones.
Le dice una señora su esposo, que constantemente llegaba de madrugada, en evidentemente estado de ebriedad: ’Mírate en ese espejo si continúas con esa vida terminarás viviendo en la calle’. Avergonzado el hombre no dijo nada y se retiró a su recámara.
Por la noche, fue el puente y vio al hombre durmiendo junto a bultos de basura, lo observó por largo tiempo y se sentó junto a él, llevaba una cerveza y la fue bebiendo poco a poco. Era invierno y la noche Se fue tornando fría; se abrigó bien con su chamarra y se recostó junto al indigente. Cuando sintió frío se tapó con unos cartones sobrantes.
El viento remolineaba bajo el puente haciendo difícil la sobrevivencia del recién llegado; este dijo ’¿resistiré?; no creo que sea cosa del otro mundo vivir bajo este puente’. La temperatura seguirá bajando trato de dormir, pero el frio le calaba hasta los huesos. Cuando el sueño lo estaban venciendo las voces de dos ebrios lo despertaron.
-¡El colmo! - Dijo uno de ellos-, estos vagos toman las calles como si fueran hoteles, no sirven para nada, sólo son unos apestosos que ofenden a nuestra ciudad.
-Déjalos, son gente sin suerte -dijo el otro.
-¡Bah! son basura.
La noche se hizo larga, el ruido de los autos no lo dejaban dormir, una rata pasó por su cabeza, y hasta unos perros le ladraban, no había otro espacio donde resguardarse de la diminuta lluvia que empezaba a caer, estaba cansado y se quedó dormido.
Muy de madrugada de despertó, y horrorizado vio que el cuerpo del anciano estaba tieso, había muerto durante la fría noche.
Se levantó y cruzó el puente bajo la lluvia que había arreciado, ahora sólo quería una cosa estar en el cálido lecho de su hogar.
Recordó las palabras de su mujer… ’si sigues con esa vida terminarás muerto bajo el puente’. En estos momentos vio pasar una patrulla se escondió para que no le vieran y le cargan al muertito.
Siguió corriendo hasta llegar a su hogar, estaba empapado sudado apunto de pulmonía, entró a la recámara y vio a su esposa e hijos durmiendo apaciblemente; Entonces se dijo -Dios hizo al hombre para vivir en un paraíso, no vale la pena salirse para rascarle la cola al diablo-
Se bañó Y se metió a dormir a su recámara.

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Bajo el puente

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