Bienvenidas las ‘Añoranzas’ de Jorge Saldaña

Para mi hermano Gilberto, quien heredó el talento y las aptitudes musicales de nuestros padres; yo, sólo el gusto por la música.

Una grata sorpresa fue encontrar en el espectro televisivo -lleno de contenidos insulsos, mediocres y las más de las veces vulgares- un programa que marca el retorno de Jorge Saldaña a la televisión en el Canal 11: ‘Añoranzas’, en el cual recuerda aquella música popular mexicana que ocupó durante muchas décadas las ondas hertzianas de las entonces pocas radiodifusoras nacionales, con voces inolvidables como las de Alfonso Ortiz Tirado, Juan Arvízu, Fernando Fernández, Emilio Tuero, Pedro Vargas, Nicolás Urcelay, Lupita Palomera, Toña la Negra, Esmeralda, María Luisa Landín y Ana María González, entre otras que llenaron la época dorada de la radio en México.

El concepto es similar al que hiciera el conductor veracruzano hace ya muchos ayeres en el entonces Canal 13, cuando esa frecuencia era del Instituto Mexicano de Televisión (ahora TV Azteca), su famosa ‘Nostalgia’, emisión en la que durante 18 años desfilaron artistas consagrados y nuevos valores de la canción fina mexicana.

En una emisión dominical de ‘Añoranzas’, Saldaña comentó con sus invitados (Humberto Cravioto y sus cuatro hijos) que antaño en todas las reuniones familiares o de amigos había un tiempo para la bohemia y se cantaban temas de compositores de la talla de Gonzalo Curiel, José Sabre Marroquín, Alfonso Esparza Oteo, Ignacio Fernández Esperón (Tata Nacho), Mario Talavera, María Grever, Consuelo Velázquez, Luis Arcaraz, Alberto Domínguez, Agustín Lara y tantos que dieron lustre a la música vernácula en el país.

Ahora ya nadie se da tiempo para cantar, lamentó el también periodista, porque el vertiginoso ritmo en que nos ha metido la sociedad global ha hecho que nos olvidemos de las manifestaciones culturales, tan cotidianas en el México del siglo XIX y la primera mitad del XX.

Las “Añoranzas” de Jorge Saldaña me llevaron a recordar las tertulias que un grupo de egresados del Conservatorio Nacional de Música (el de la calle de Moneda #16) organizaban el último sábado de cada mes en la casa de cada uno de ellos (muchos eran matrimonios emanados también de esa institución, como fue el caso de mis padres Gilberto Vázquez Moreno y Miguelina Alanís Vera, QEPD).

En esas reuniones compartían el pan y la sal, así como su amor por la música; la mayoría de los contertulios tenía algún instrumento musical en casa –casi siempre un piano- por lo que tocaban obras de los grandes compositores clásicos y cantaban tanto arias de ópera como piezas del repertorio popular nacional.

Ahí también recordaban anécdotas de su alma mater, aquel Conservatorio en el que daban clase los grandes compositores mexicanos, entre ellos Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo, Candelario Huízar, José Pomar y Carlos Chávez.

Esas veladas se prolongaron por décadas. Conforme se incrementaba la inseguridad en la urbe y avanzaba la edad de los asistentes, decidieron cambiar el horario de sus encuentros para el mediodía… hoy seguramente esos conservatorianos gozan de su bohemia en esa dimensión desconocida -dondequiera que esté- a la que partieron.

Y a quienes los acompañamos en sus convites, sólo nos queda la añoranza de esas épocas en que la gente se daba tiempo para disfrutar la música, por ello va desde esta columna un reconocimiento a la directora de Canal 11, la periodista Enriqueta Cabrera, por darnos una oportunidad de recordar aquellas canciones con las que crecimos y que nos gustan a pesar de ser generacionalmente beatlemaniacos y rollingstonianos.

Las ‘Añoranzas’ de Jorge Saldaña son un remanso en la programación televisiva dominical, saturada de violencia, cursilería y comicidad francamente grosera… los amantes de la música le damos la bienvenida.