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Mayo 24, 2018 18:46 hrs.

José García Sánchez › diarioalmomento.com

Política ›


La violencia contra los medios y sobre todo contra los periodistas ha sido un ejercicio que caracteriza a la actual administración. La violencia y las agresiones contra los comunicadores se presentan como estilo personal de gobernar de Enrique Peña Nieto.

En ambos casos la impunidad impera, de ahí que este tipo de violencia contra la sociedad y de agresiones que muchas veces llega hasta la muerte, contra los periodistas, tenga una invitación abierta a repetirse una y otra vez sin que haya castigo para los culpables.

Ahora, aprovechando que la gran mayoría de los presentes estaban a su favor, Ismael Figueroa, ex líder sindical del Cuerpo de Bomberos capitalino y candidato del PRD-PAN-MC a diputado local, encabezó una agresión verbal y física contra dos reporteros que cubrían una manifestación afuera de la Asamblea Legislativa.

El bombero cree que desde la campaña cuenta con el blindaje del fuero y de esta manera dejó sentir su rencor contra el reportero que había dado cuenta de que los bomberos realizaron un acto de proselitismo en las instalaciones de los bomberos en horarios de trabajo y con uniforme, a pesar de que el argumento de los bomberos era que estaban en su día de descanso.

Esta información sirvió a Morena para interponer una demanda ante la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales y el INE contra Figueroa y Alejandra Barrales, candidata a la jefatura de gobierno por la coalición Por la CDMX al frente.

Los reporteros Alfredo Páez, del portal de noticias El Big Data, y Ricardo Rivera, del canal UnoTV, fueron agredidos físicamente a las puertas de la asamblea donde azuza a sus compañeros contra los reporteros.

Esta vez los bomberos, manipulados por su líder sindical le echaron montón a los reporteros que habían denunciado su anomalía, motivo por el cual empezaron los bomberos agredirlos, mientras los comunicadores fueron protegidos por los miembros de seguridad de la asamblea, de otra manera hubieran sido linchados en ese lugar del Centro de la Ciudad de México.

Agredir a un periodista en estos momentos en México es prácticamente un deporte que cualquiera que cuente con un poco de poder y la ventaja numérica de personas puede practicar.

La facilidad con la que uno de los protegidos de Alejandra Barrales agrede a dos reporteros da cuenta de un desprecio por la información y los informadores por parte del poder. Cuando un comunicador es agredido toda estructura autoritaria respira con alivio. Instituciones de las que se sienten tan orgullosos los priistas, como la PGR no ha podido castigar a los asesinos de más de 42 periodistas en este sexenio. En la mayoría de los casos ni siquiera cuentan con pistas.

De esos periodistas 11 han sido asesinados en Veracruz, pero al gobernador del PAN-PRD nunca se le ha ocurrido ofrecer una recompensa por informes acerca de los presuntos homicidas; en cambio, sí ofrece cinco millones pesos por informes sobre el ex fiscal de la entidad, Luis Ángel Bravo Contreras.

El poder autoritario siente alivio cada vez que se entera de una agresión a los periodistas y en los bomberos de la ciudad de México, aquellos que poyan al frente encabezados por barrales, ven en los periodistas a sus enemigos.

La indiferencia de las autoridades por castigar a los culpables delas agresiones a los periodistas es una invitación abierta a que cualquier grupo de personas, con mayoría numérica puedan matar a golpes a un comunicador, sólo porque su líder lo ordena.

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Bomberos vs periodistas

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