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Diciembre 18, 2018 09:11 hrs.

Sócrates A. Campos Lemus › diarioalmomento.com

Política ›


EN pleno manejo del tiempo de ’Guadalupe-Reyes’, también entramos al tiempo de las posadas, las pachangas, los regalitos, los desayunos comidas y cenas de todo tipo de festejos y con los pretextos siempre de mantener la unidad de amigos o de familia y así, pensamos que la fiesta sigue y sigue a pesar de que no entendamos que las piñatas tienen un sentido de abundancia y los cantos y villancicos son una forma de mantener un espíritu ligado a la religión y vamos caminando como si nada pasara en el mundo, son tiempos de esperanza y de buenas vibras hasta que llegan los tiempos de los empeños, de los pagos de impuestos, del retorno a la realidad y se llegan a formar las colas en las casas de empeño, muchos de los regalos de Navidad terminan en esos sitios con un enorme costo por los altos intereses de los que nadie protesta y de los que nadie cuida, nos hacemos pentontos solos y vamos por el mundo dando tumbos como si laa borracheras no terminaran hasta meses después y se acerca cuando los tamales hacen los compadres de los niños ’dioses’ que se llevan vestiditos a la iglesia el día dos de febrero para dar paso a los festejos del ’día del amor’- y bueno, ahí vamos en el mismo carril de las ilusiones y de las esperanzas, total, la irrealidad es parte de la vida diaria por la que huimos de la desesperanza.

Hace ya muchos años en que las fiestas de Navidad y de año Nuevo son para nosotros tiempos de reflexión, claro que nos gustan las reuniones y las pachangas pero dejamos a un lado el espíritu y la motivación comercial que deja a las familias endeudadas solamente por el simple hecho de regalar cosas que a lo mejor ni se necesitan. Los tiempos cambian y deben cambiar para mejorar las ideas y motivarnos a todos a mantener un espíritu de superación y de cambio, Los que tengan ideas religiosas que las mantengan pero con un espíritu de solidaridad social y no con las malas mañas que nos han dejado siglos de dominación, los liberales tienen que buscar las formas de imponer los decretos y las acciones que marcan sus ritos y sus convicciones, siempre con ese espíritu solidario y fraterno que les ha guiado durante años y que han sido el motor del cambio promovido por Juárez y la generación de la Reforma. Que no espante a nadie la evolución de las ideas y de los cambios, se trata de encontrar los mejores caminos de solidaridad y de justicia social, donde todos tengan oportunidades de motivarse y de capacitarse con la plena libertad y las convicciones que les motiven.

Los tiempos de la manipulación deben dejarse a un lado, los tiempos fraternos son los que deben motivarnos al cambio y permitir una más justa distribución de la riqueza, donde a cada quién se le garantice recibir lo que labora sin explotaciones ni mezquindades, donde los niños puedan recibir los alimentos y la atención en su salud que les permita encontrar la vocación para la que se deben preparar y capacitarse, para que se tenga pleno respeto a las mujeres y a los miembros de los grupos étnicos que son parte de nuestra raíz y razón de ser en el mundo, donde los jóvenes puedan tener las oportunidades de capacitarse en el trabajo y en la educación y donde los viejos puedan tener la garantía de pasar su últimos años en las mejores condiciones y calidad de vida, en fin, los cambios son para el bien de todos y no de las minorías que normalmente nos han explotado, engañado y robado, esos tiempos deben terminar por el bien de todos, porque de continuar en esa línea lo más seguro es que la desigualdad social y económica motivaría a la rebelión política y a la violencia, y eso ya lo han probado muchos pueblos de América donde las revoluciones solamente cambiaron de explotadores y de grupos de control, pero no llegaron a la justicia social que merecemos, dejaron muertos, huérfanos y viudos, además de un profundo resentimiento social y odios que no llegan a cerrarse como lo vemos en El Salvador o en Nicaragua donde la violencia sigue teniendo otros males y manifestaciones en los grupos delictivos formados en pandillas,delincuentes y asesinos.

Los cambios se deben motivar por medio de la razón, la guía moral y de transformación, convencidos de que es el camino que se debe tener para evitar los roces y las violencias, algunos nos hablan de que no se debe fomentar la lucha de clases y comentamos que eso no es el cambio o la motivación de una nueva revolución moral que necesitamos, todos entendemos que tenemos una enorme crisis de valores y se deben de rescatar para que sean la guía de unión de los mexicanos, entendiendo que debemos hacer un gran esfuerzo para apoyar a los que más lo necesitan, sin discursos, manipulación o demagogia, sino con un amplio sentido de valores donde mostremos la solidaridad social y donde la fraternidad sea una realidad entre todos. Así construimos y rescatamos al México invadido y dividido en los tiempo de Juárez y así logramos encauzar las metas del desarrollo después de la Revolución social de 1910, y es por ello que si bien no hemos logrado alcanzar las metas de la Justicia Social, tenemos una buena luz que nos puede orientar en los actuales momentos, así que todos debemos entender que hacer justicia no es robar o mentir o engañar, hacer justicia es encontrar los mejores canales que nos orienten a apoyarnos los unos a los otros para que, todos, logremos mejorar las condiciones de vida y vivir en armonía y en paz social.

Tenemos una gran oportunidad ahora, si no la aprovechamos y la mantenemos como orientación y comprendemos que los mejores valores son los de la justicia social y la paz con solidaridad y fraternidad para mantener la seguridad, podríamos perder el rumbo y reorientarnos a la violencia y el resentimiento que solamente nos llevarían a un caos, y eso es lo que debemos evitar por el bien de todos.

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Cambiemos por el bien de todos

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