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Marzo 24, 2014 10:23 hrs.

José Antonio Aspiros Villagómez › diarioalmomento.com

Política ›


A mi nieta casi quinceañera Diana Laura, llamada así en recuerdo de la viuda de Colosio.


El asesinato hace dos décadas del candidato del PRI a la Presidencia, Luis Donaldo Colosio, fue de tal impacto que muchos lo recordamos como si hubiera sido ayer, y a quienes no lo vivieron, que lean el recuento de Héctor Aguilar Camín en la revista Nexos.

Porque, ese homicidio que muchos calificaron de “magnicidio”, no figura en los textos escolares por muy histórico que ya sea, pues aún viven quienes, según la sospecha popular, serían sus autores reales.

Y porque en el año 2000 la Procuraduría General de la República consideró cerrado el caso y archivó el voluminoso expediente, hemos constatado también que el actual mandatario no atendió el reclamo de los padres del homicida confeso Mario Aburto, quienes en abril de 2013 le pidieron reabrir la investigación, y en diciembre le solicitaron indultarlo.

En 2004, cuando se cumplieron diez años del crimen, el PRI hizo una petición semejante al entonces presidente Fox. Le demandó que cumpliera su promesa de campaña y ordenara a la PGR nuevas investigaciones "para llegar a la verdad", así como hacer una auditoría al expediente por haber dudas -aún existentes- acerca de la hipótesis del asesino solitario.

En tanto, cuando dirigían el PRI Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, la tía de Colosio, Rafaela Murrieta, dijo que las autoridades no eran incompetentes, sino omisas: "el gobierno federal ha puesto piedras en el camino y no ha querido esclarecer el crimen", acusó.

Lo mismo hizo el entonces diputado perredista Manuel Camacho Solís, quien formó parte del gabinete de Carlos Salinas y en 1993 esperaba ser el candidato del PRI: se sumó a quienes han dudado de la tesis del asesino solitario, pero aclaró que no tenía elemento alguno para que se reabriera la investigación.

La PGR tampoco contaba con nuevos elementos para citar a declarar a los ex presidentes Ernesto Zedillo y Carlos Salinas y al propio Camacho Solís, además de que el padre de la víctima -fallecido en 2010- era el indicado para solicitarlo y presentar pruebas de sustento, pero no lo hizo.

Reportero hace 20 años, el hoy articulista Salvador Flores Llamas escribió la semana pasada que el primer fiscal del ‘Caso Colosio’, Miguel Montes, “al asumir el cargo, dijo que el magnicidio había sido obra de un complot; pero en su informe final repitió la versión del asesino solitario. Al cuestionarlo [interrogarlo] sobre esta conclusión, en charla que tuve con él a propósito del informe y tras lanzarle unas preguntas, adujo que había estado sujeto a mil presiones, no de Salinas, sino “de arriba”. Al inquirirle por qué no había renunciado, respondió molesto: en este país, ¿quién le renuncia al Presidente de la República?”.

También es preciso recordar que, en 2011, el diario La Jornada citado por animalpolitico.com, publicó que el homicida “podría recuperar su libertad en un plazo máximo de tres años (es decir, en este 2014), al acumular tiempo de reclusión y beneficios con los cuales legalmente” estaría “en condiciones de solicitar su preliberación”.

Aburto fue sentenciado a 45 años de cárcel, pero ha seguido insistiendo en su inocencia: “utilizaron a otra persona que se parecía a mí, inclusive se lo llevaron a la PGR en Tijuana y lo hicieron pasar por Mario Aburto”, dijo en conversaciones telefónicas con su familia, que glosó para El Universal (17-II-2014) la reportera Laura Sánchez.

Pero Colosio llegó a Los Pinos, al menos a manera de homenaje. Sucedió en 2004 cuando el país era gobernado por la oposición panista que ocupó el poder transitoriamente. A la sazón, el presidente Fox inauguró en los jardines del bunker presidencial la ‘calzada de la democracia´, con los bustos de Heberto Castillo, Carlos Castillo Peraza y el propio Luis Donaldo.

¿Cómo hubiera gobernado Colosio? Según el ex presidente Salinas, México no hubiera tenido lo que llamó “el error de diciembre”. Así lo dijo al menos en un foro de W Radio en diciembre de 2010, y en febrero pasado en entrevista con Rogelio Cárdenas para El Universal. Y entonces, evitar ese “error” -la crisis económica al inicio del gobierno de Zedillo y que según ciertos análisis se gestó con Salinas- hubiera permitido darle un curso distinto a México durante el sexenio 1994-2000, y posiblemente el PRI no hubiera perdido la siguiente elección presidencial. Vaya usted a saber.

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Colosio: reabrir el caso o liberar a Aburto

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