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Diciembre 13, 2013 14:27 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Biografías ›


A Bety, mi amor
Te invitamos a leer este pequeño esfuerzo con calma, pero hasta el final… porque ya estamos en invierno. El tiempo tiene su manera especial de moverse rápido y tomarnos desprevenidos al paso de los años. Parece que solo ayer, jóvenes, recién casados y en nueva vida con pareja. Nos parece que fue hace mucho tiempo. Deberíamos pensar o decir: cómo han pasado los años. Los hemos vivido todos. Tenemos visiones de cómo fue entonces y de todas nuestras esperanzas y sueños. Pero allí está el otoño de la vida y no llega de sorpresa. Cómo llegamos tan rápido a el.  En dónde quedaron los años.   Nuestra juventud.  Hemos visto gente mayor a través del tiempo. Que no la alcanzaríamos, creíamos. Que aquellas personas mayores estaban muy lejos. Como un invierno que no podíamos imaginar cómo sería. Así están ya nuestros amigos. Retirados, jubilados y con cabellos grises. Se mueven más lento y los vemos como una persona mayor. Algunos están en mejor forma, otros peor que nosotros, pero no hay gran cambio. Recordemos cuando éramos jóvenes y vibrantes. No como hoy, cuando el tiempo, no la edad, se empieza a mostrar. Ahora somos aquellas personas mayores que solíamos observar, ver y nunca pensamos que así seríamos. Parece mentira. No lo es. Para nosotros ella, a quien amamos es la primavera de nuestro invierno. Y somos su verano del otoño. Vemos la bondad del tiempo que ha cruzado sin sentirlo. Pero que en igual forma se acumula, también, sin apreciarlo. Ahora debemos encontrar que solo el tomar una ducha es uno de los acontecimientos reales del día.  Y que tomar una siesta ya no es algo agradable como era, sino obligatorio. Porque si no lo hacemos por voluntad propia, simplemente quedamos dormidos en el sillón de la sala. Así que ahora entramos en esta nueva etapa de la vida sin preparación alguna para todos los dolores y achaques. La pérdida de fuerza o habilidad para ir y hacer todas las cosas que quisiéramos haber hecho pero que nunca hicimos. Atisbar por lo menos que el invierno ha llegado. Pero no asegurar cuánto va a durar. Sabemos que cuando se acabe en esta tierra, otra aventura empezará. Claro que tenemos arrepentimientos. Hay cosas que hubiésemos querido no haber hecho, y otras que deberíamos haberlas realizado. En verdad, hay cosas por las que estaremos contentos. Así que, si todavía no estás en tu invierno, permítaseme recordarte que estará aquí mucho más rápido de lo que piensas. 
Por lo tanto, cualquier cosa que quieras lograr en tu vida, por favor hazlo rápido. Atrévete, realízalo ya,  No lo pospongas por mucho tiempo, La vida se pasa rápido...Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya es tu invierno o no. No tienes la promesa de ver todas las estaciones de tu vida, así que vive por el hoy y di todas las cosas que quieras,  que tus seres queridos te recuerden, con la esperanza de que ellos aprecien y amen  todas las cosas que haz hecho por ellos en los años pasados."La vida es un regalo que se te ha dado" La forma en que la vives es un regalo para los que vienen después. Haz de este viaje algo único y fantástico. ¡VIVE BIEN! ¡Goza el día! ¡Haz algo agradable! ...  Sé Feliz. Recuerda, que lo real es la salud y no las piezas de oro y plata.
Finalmente, considera lo siguiente: Hoy es el día en que serás el máximo de viejo, pero lo más joven que podrás ser. Goza de tu día mientras dure. Que tus hijos se convierten en lo que tú eres, pero que tus nietos sean perfectos. Y tus bisnietos, mejor. Que salir a la calle es bueno, Regresar a la casa es mejor. Que olvidas los nombres; no importa; está bien porque otras personas se olvidan que siquiera te conocieron. Que las cosas que te importaban hacer, no te importan ahora, pero sí te importa que no te "importe" que no las hagas más. Que duermes mejor en un sillón con la TV prendida, que en la cama. A esto se le llama "pre-dormir". Que extrañas los días cuando todo se trabajaba con solamente un interruptor de "prendido" y "apagado". Ahora tiendes a usar más las palabras: "qué", "dónde" Que lo que solían ser pecas, ahora son manchas del hígado. Crees que todo el mundo "susurra", porque no lo oyes. Te olvidas que tienes tres tallas de ropa en el closet, dos de las cuales nunca las volverás a usar.
Pero lo viejo es bueno en algunos casos: Viejas canciones. Viejas películas, y lo mejor de todo, nuestros viejos amigos y por supuesto nuestra vieja y contumaz carcajada tan vieja como nosotros. Y eso que apenas hoy, trece de diciembre, cumplimos ochenta y cuatro años. Acuérdate que la vida es de los jóvenes, ya no de nosotros, los viejos.
carlosravelogalindo@yahoo.com.mx.

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Cómo han pasado los años

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