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Diciembre 11, 2013 19:05 hrs.

Sócrates A. Campos Lemus › diarioalmomento.com

Política ›


HACE apenas unos días, Tania, presentaba su examen de doctorado en la UNAM, logrando una mención Honoris Causa y la propuesta, por parte del jurado, para el premio y medalla Andrés Caso, sin duda, una gran lección de vida de su vida, una premio a su constancia y ejemplar dedicación, un homenaje a su abuelo y madre que la forjaron y formaron en la vida y en su atención a los más necesitados, en fin, una gran lucha venciendo un obstáculo más en su formación y desarrollo.
El próximo día 13 de diciembre, cumple, 15 años, Sócrates Gabriel y sin duda, también a mostrado un gran carácter y un enorme espíritu en su formación, en verdad me sorprende mucho el verle crecer, es una experiencia maravillosa y me sorprende mucho el observar su madurez emocional y personal, su entereza y su equilibrio y así, no tengo más premio para ellos, como para otros más, que el escribir o reescribir un correo que me llegó hace también unos cuántos días y que dice:
“UN GANADOR.
Cuando un ganador comete un error, dice: “YO me equivoqué” y aprende la lección.
Cuando un perdedor comete un error, dice: “NO fue mi culpa” y se la hecha a otros.
Un ganador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros.
UN perdedor se siente víctima de la adversidad.
Un ganado sabe que el resultado de las cosas depende de él.
Un perdedor cree que la mala suerte existe.
Un ganador trabaja muy fuerte y se genera más tiempo para sí mismo.
El perdedor esta siempre “muy ocupado” y no tiene tiempo ni para los suyos.
Un ganador enfrenta los retos uno a uno.
Un perdedor le da vueltas y no se atreve a intentarlo.
Un ganador se compromete, da su palabra y la cumple.
Un perdedor hace promesas, no asegura nada y cuando falla se justifica.
Un ganador dice: “Yo soy bueno, pero voy a ser mejor”.
Un perdedor dice: “Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente”.
Un ganador escucha, comprende y responde.
Un perdedor solo espera hasta que le toque su turno para hablar.
Un ganador respeta a aquellos que saben más que él y trata de aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiste con aquellos que saben más que él y solo se fija en sus defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo solamente.
Un perdedor no se compromete y siempre dice, “YO sólo hago mi trabajo”.
Un ganador dice: “Debe haber una mejor forma de hacerlo”.
Un perdedor dice: “Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho”.
Un ganador es parte de la solución.
Un perdedor es parte del problema.
Un ganador se fija en “cómo se ve la pared en su totalidad”.
Un perdedor se fija “en el ladrillo que le toca colocar”…
¡saludos: GANADOR!”
Son pocos los bienes que le podemos dar, porque es difícil sobrevivir con nuestro trabajo honrado, pero es una forma de hacerles ver que si bien no hay riqueza material, hay gran riqueza espiritual y estamos tranquilos viviendo nuestro momento con amor y paz, que es lo que cuenta. Siempre andamos en búsqueda de la felicidad…. Por ahí estará.

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Con todo agradecimiento

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