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Marzo 13, 2017 21:48 hrs.

Jorge López › diarioalmomento.com

Religión ›


’Sabeís que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo… Pero aquí estamos’. Con estas palabras dio comienzo su mensaje de fraternidad y confianza el recién electo Papa Francisco, el primero de Latinoamérica, hace ya cuatro años, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el 13 de marzo de 2013.

En ese primer encuentro entre el Papa y el mundo expectante, lo primero que solicitó el sucesor de Pedro fue realizar una oración por su antecesor Benedicto XVI, y en un instante millones de personas su unieron en oración. Poco después Francisco pidió que el pueblo de Dios pidiera la bendición para su Obispo, y sólo después impartió la Bendición a la Ciudad y al Mundo. Desde ese día no ha dejado de invitar a todos a que pidan por él.

Jorge Mario Bergoglio, aquel sacerdote jesuita, nacido en Argentina, Arzobispo de Buenos Aires y socio del club de futbol San Lorenzo de Almagro, ha despertado el interés no sólo de los fieles católicos, sino del mundo entero. Sus declaraciones figuran en todo tipo de medios de comunicación, desde los más humildes periódicos diocesanos, hasta los diarios y revistas de clase mundial, ha sido portada de la Revista Rolling Stone, por ejemplo.

’Como me gustaría una Iglesia pobre para los pobres’, expresó el Papa al explicar porque tomó el nombre de Francisco en alusión al Poverello de Asís. Su estilo franco y sencillo, recuerda lo fundamental para el fiel cristiano: el amor de Dios y el encuentro con Cristo, que el Evangelio se comunica por el testimonio, no con grandes discursos.

Su confianza en el poder de la oración es ilimitada. En sus primeros meses como sucesor de San Pedro, cuando era casi inminente una intervención militar que hubiese agravado el conflicto en Siria, convocó al mundo a una jornada de oración y ayuno, dicha intervención no ocurrió.

’Hagan Lío’, es la constante exhortación que hace a los jóvenes, en consonancia a la invitación que hace: ser una Iglesia ’en salida’ y a los pastores a tener olor a oveja. Les pide a los jóvenes escuchar y cuidar a los viejos, y no confundir la felicidad con un sofá, sino a ponerse los botines y ser un jugadores titulares en la vida.

Conciente de la situación del medio ambiente a nivel mundial, escribió la Carta Encíclica Laudato Si´, sobre el cuidado de la casa común, que por la solidez de sus argumentos fue elogiada por la comunidad científica internacional, y analizada en multitud de foros.

Su preocupación por la familia es altísima. En una homilía pronunciada en Ecuador, dijo que en la familia ’hay que arriesgarse a amar’, y mencionó que ’el mejor vino está por venir’, aunque las estadísticas digan lo contrario, e invitó a murmurarlo hasta creerlo.

Dos Asambleas del Sínodo de los Obispos trataron el tema de la familia y fruto de estas reflexiones, el Santo Padre publicó la Exhortación Post Sinodal Amoris Laetitia, sobre el amor en la familia. Presidió en 2015 el Encuentro Mundial de las Familias, por lo que viajó a Estados Unidos, donde fue el primer Papa en hablar ante el Congreso de esa nación.

Sus viajes por el mundo en estos cuatro años incluyen a Brasil, Tierra Santa, Corea del Sur, Albania, Turquía, Sri Lanka, Filipinas, Bosnia Herzegovina, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Cuba, Estado Unidos, Kenia, Uganda, República Centroafricana, México, Grecia, Armenia, Polonia, Georgia, Azerbaiyán y Suecia.

El Papa Francisco es una voz frente las condiciones a las que se ven sometidos los emigrantes en todo el mundo, contra la violencia irracional del terrorismo y la persecución contra los cristianos. Además, es una mano tendida para el ecumenismo y el diálogo interreligioso. Canonizó a Juan Pablo II, a Juan XXIII y en la Misa se encontraba presente el Papa Emérito Benedicto XVI, se dio la reunión de cuatro Papas.

No obstante toda esta labor, una de las llamadas más altas al amor, a la reconciliación con Dios y los hermanos, a la fraternidad, es el haber convocado al Año Jubilar de la Misericordia, que se extendió por todo el orbe invitando a experimentarla y a compartirla mediante la obras de misericordia. El Jubileo dio comienzo oficialmente con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro el 8 de diciembre de 2015, pero abrió una Puerta Santa antes, en Bangui, República Centroafricana, el 29 de noviembre de ese año, convirtiéndola en ’la capital espiritual del mundo’. Ese país azotado por la guerra hoy ha firmado la paz. Dicho Año Santo concluyó el 20 de noviembre de 2016, pero aclaró que el Corazón de Jesús queda siempre abierto.

Para los próximos meses se prevé que visite Colombia, y ha definido que la próxima Jornada Mundial de la Juventud será en Panamá en 2019, y aunque el Santo Padre Francisco mencionó: ’quizás yo no vaya ¡va a ir Pedro!’, hoy como siempre diría ’pero también les quiero pedir que no se olviden de rezar por mí’.

Así comenzó su pontificado el Papa Francisco en el 2013

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Cuatro años con Francisco: la Misericordia, su sello

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