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Junio 15, 2017 11:34 hrs.

Redacción › Mexicolandia

Gobierno ›


El miércoles, Donald Trump se preparaba para celebrar en la Casa Blanca su 71 cumpleaños, el primero desde que accedió a la presidencia. Pero lo que no sabía es que el Washington Post tenía preparada una sorpresa un tanto desagradable para él: la filtración de que Robert Mueller, el fiscal especial que investiga las relaciones entre Rusia y el equipo del magnate, había puesto a Trump directamente en el foco de su pesquisa, desatando la enésima crisis política de su mandato.

El anuncio era la respuesta al despido del exdirector del FBI, James Comey, que, según el propio Trump, tenía como objetivo acabar con la investigación sobre Rusia que realizaba la agencia de seguridad. El propio Comey lo corroboró en un duro interrogatorio público ante un comité del Senado, en el que acusó al presidente de mentir. La sesión tuvo una audiencia espectacular: más de 19 millones de personas la siguieron por televisión, un nivel similar al de la final de la NBA, según las estimaciones de Nielsen. Mueller, predecesor de Comey al frente de la agencia, fue uno de los espectadores y tomó buena nota.

La respuesta de Trump fue la esperada: empezó con un "y tú más", acusando a Comey de ser él el mentiroso, y añadió la acusación más terrible que conoce el magnate, la de ser "un filtrador". Pero desde su entorno, gente como el expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, o un amigo personal del presidente, Christopher Ruddy, empezaron a lanzar ataques directos contra el propio Mueller, al que acusaban de "tener un conflicto de interés" por haber colaborado con demócratas a lo largo de su carrera. Una acusación oportunista, que pasaba por alto que el fiscal trabajó en el Gobierno de George W. Bush antes de ser nombrado director del FBI por el republicano, para lo que fue aprobado de forma unánime por el Senado.

"Gente muy mala"
Sin embargo, la idea ya estaba en el aire: despedir a Mueller y volver a cerrar la investigación. Según explicó un amigo de Trump al New York Times, el objetivo sería presionar al fiscal amenazándole con su despido para que así aceptara dar carpetazo por voluntad propia y exonerar públicamente a Trump. Sorprendentemente, si esa era la intención real del presidente, el tiro le salió por la culata: apenas dos días después, la investigación, finalmente, ponía al magnate a la cabeza de los sospechosos, acusado de obstrucción a la justicia. Y Trump ya ha hecho saber su enfado: en dos mensajes publicados esta mañana, el empresario volvió a denunciar "la peor caza de brujas de la historia de Estados Unidos", perpetrada por "gente muy mala y con conflictos de interés".

La respuesta de la oposición no se ha hecho esperar: "Si Trump despide a Mueller, el Congreso volvería a nombrar a Mueller como fiscal especial inmediatamente. No nos haga perder el tiempo", dijo el demócrata Adam Schiff. Paul Ryan, el republicano presidente de la Cámara de Representantes, pidió dejar a Mueller "hacer su trabajo". Y comentaristas conservadores como John Podhoretz o miembros de la administración Bush, como Richard Painter, advirtieron de que despedir a Mueller sería poco menos que una confesión de culpabilidad, similar a la que puso a Nixon en el disparadero tras la llamada "Masacre del Sábado Noche", cuando el entonces mandatario despidió al fiscal que estudiaba el caso Watergate.

Todo esto se produce en medio de un constante hundimiento de los índices de popularidad de Trump. La media de las encuestas le sitúa con una desaprobación de 17 puntos, 38-55, mientras que en la encuesta diaria de Gallup ya ha tocado el 60% de rechazo, algo que solo lograron desde que existen las encuestas Harry Truman, Richard Nixon y los dos George Bush en el ocaso de sus respectivos mandatos, no a los 144 días de tomar posesión. Lo más grave, quizá, es que el núcleo duro de su apoyo, los ciudadanos que le aprueban fuertemente, ha caído del 30% a cerca del 20%. Por contra, el número de ciudadanos que le rechazan fuertemente ya supera al total de apoyos que mantiene el magnate. Si la investigación de Mueller sigue avanzando, la presidencia de Trump correrá cada vez más peligro de terminar de forma abrupta.

economiahoy.mx

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Cumpleaños agridulce: Trump celebra los 71 enfrentándose al fiscal especial por investigarle

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