1

4,011 vistas

Abril 11, 2019 18:15 hrs.

Por Daniela Sagastegui Avilés › guerrerohabla.com

Cultura ›


#JuevesDeLeyendas

11 abril, 2019

Todo chilango que se respete, ha pisado la calle de Donceles en más de una ocasión. Ya sea por su arquitectura colonial, porque las librerías de viejo son el único lugar donde tienes la esperanza de encontrar ese libro para la escuela o porque querías encontrar una cámara buena, bonita y, sobre todo, barata. Pero algo que seguro no sabías es que esta calle alberga la misteriosa casa de los ahorcados en la CDMX, una de las leyendas más terroríficas de la capital.

Por supuesto que al tratarse de una de las calles chilangas más antiguas (se cree que data de 1524), las historias de terror de esta avenida no faltan. Prueba de ello y quizá una de las más populares es la de Don Juan Manuel. Pero una de las menos conocidas es la del edificio 66, que actualmente resguarda un enorme centro cultural.

Ubicado entre República de Chile y Palma, este espacio ha sido escenario de diversas apariciones, como el caso de la mujer que va de la mano de una pequeña niña, o de espectros que cuelgan del balcón del primer piso, en los interiores de la casona, según los relatos de algunos trabajadores de la Editorial Jus, que previamente se encontraba ahí.

Entre ellos, uno de los que más llama la atención ocurrió durante la remodelación de la la casa de los ahorcados en la CDMX. Uno de los trabajadores había estado jugando con lo que le parecían decoraciones; aunque después supuso podía tratarse de algo sobrenatural.

Horas más tarde, alrededor de las tres de la madrugada, pasó lo inesperado. Mientras estaba pintando una de las paredes que se encuentra casi al fondo del inmueble, a la altura de la fuente, sintió la necesidad de voltear repentinamente: a sus espaldas se encontraba una mujer vestida de blanco, de rodillas, que le extendía los brazos.


El trabajador aseguró escucharla decir que se lo iba a llevar. Comenzó entonces a retorcerse, a gritar, a temblar estrepitosamente mientras les decía a sus compañeros que lo golpearan. Uno de ellos, reaccionó a los mandatos y le dio tremendo cachetadón. Según cuenta el joven, su cuerpo se había comenzado a paralizar, al punto que incluso quiso tirarse a la fuente de la la casa de los ahorcados en la CDMX para calmar su ataque.

Pero poco a poco fue recobrando la cordura, y a partir de ese momento y hasta el amanecer todos sus compañeros lo custodiaron. Según su historia, tuvo que hacerse una ’limpia’ con la sangre de una gallina negra para poder regresar a la normalidad.


Fuertes lamentos en medio de la noche, luces que se apagan sin fallas aparentes, puertas que se cierran solas e incluso una supuesta fosa común en el subsuelo de la la casa de los ahorcados en la CDMX son elementos recurrentes de estas anécdotas. Sin embargo, la leyenda de la que fue la sede de la Academia Mexicana de la Lengua va más allá de eso.

Según Bernardo Esquinca -escritor mexicano del género de horror- la casa de los ahorcados en la CDMX esconde una especie de maldición que ha perdurado y perdurará por siglos. Esta fue marcada por un bule –o figura de calabaza hueca- en una de las columnas de los interiores. Dicen que los dueños han traído brujos para que deshagan esa maldición, y que cuando la ven y sienten el poder que tiene, no se quieren meter con ella.

Si quieres comprobar estas historias de la casa de los ahorcados en la CDMX por ti mismo, puedes hacerlo. Además de ser la casa del Centro Cultural Panteón, uno de nuestros favoritos, también es una de las sucursales de la Pizza del Perro Negro, por lo que puedes andar libremente por el lugar y sacar tus dotes de investigador paranormal. Eso sí, no podrás quedarte durante la madrugada, pero una buena expo y una buena comida sí te puedes echar.

VER NOTA COMPLETA

CONTACTA AL AUTOR

Escribe un comentario directo al autor

Descubre la terrorífica historia de la casa de los ahorcados en la calle de Donceles

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.