1

4,552 vistas

Noviembre 20, 2015 21:11 hrs.

Lilia Cisneros Luján › diarioalmomento.com

Periodismo ›


Un día como hoy pero de 1959, se decretó que el 20 de noviembre sería universal para reflexionar acerca de la vida infantil. A 56 años de distancia, con el año internacional en 1979 y la Convención del tema dos lustros después, el coordinador humanitario del consejo de seguridad de la ONU - Stephen O´Brien- ha declarado que solo por la crisis en Siria, casi la mitad de los migrantes de esa región son: menores de edad que en los términos de distintas declaraciones del organismo tienen derecho a sobrevivir y prosperar, a recibir una educación, a no ser objeto de violencia y abusos, a participar y a ser escuchados. ¿Cuantos otros chicos que no han cumplido 18 0 21 años se han visto afectados en sus derechos por esta y otras crisis de violencia en el planeta? ¿Cómo fue la salud –física y emocional- la educación, la vida familiar y la aceptación social de seres humanos jóvenes dispuestos a matar o inmolarse en aras de “una causa”? ¿Se logró la enseñanza primaria universal en este 2015, como se acordó en las metas del milenio hace 5 lustros? En el marco del cumplimiento de esa meta ¿se considera solo el aprendizaje académico, o se incluyen valores sociales y culturales?
Con las variables derivadas de la vida de cada país –en México el 20 de noviembre se conmemora la revolución- y debido a la evolución de una simple declaración originalmente no vinculatoria, todos los países firmantes están obligados a proteger a la infancia, incluidos sus derechos a la vida y la salud, ¿alguien se ha puesto a pensar de donde surge esta necesidad de los jóvenes extremistas de aparecer en las redes electrónicas sonrientes, amenazantes y con toda una serie de actitudes cuasi megalómanas apenas entran en la adolescencia? ¿Estaremos viendo a los futuros “justicieros” al observar los videos de niños entrenados a disparar, a los de ojos llorosos que claman por justicia en contra de “árabes” “occidentales” o cualquier otro a quienes se culpa de sus mutilaciones, pérdidas y orfandad?
Diversas organizaciones promueven la afiliación a grupos “humanitarios” difundiendo –en rostros de niños reales- frases como “Si eres niño o niña en Somalia, la muerte puede llegar en cualquier momento: pueden matarte, reclutarte y enviarte al frente”. Muchas de esas ONG, piden dinero para solventar dichas causas, aunque con todo y la obligación de mantener en la confidencialidad la identidad y conductas de cualquier ser humano y específicamente si son niños, nadie les impide reproducir los rostros de estos adolescentes guerreros o heridos por los guerreros como una forma de movernos a la acción ¿Son menos culpables los propagandistas que usan niños para promover sus causas que los que los hacen víctimas de la violencia?
Con los avances tecnológicos parecen ser más las víctimas civiles que las militares por armamentos sofisticados. UNICEF reporta que “en la última década han muerto dos millones de niños; seis millones se han quedado sin hogar; 12 millones han resultado heridos o discapacitados y hay por lo menos unos 300.000 niños soldados que participan en 30 conflictos en distintas partes del mundo. A las víctimas se les curan las heridas de bala o metralla, se les ofrecen prótesis si acaso perdieron algún miembro –un caso terrible una vez terminado el conflicto como resultado de las minas sembradas- y en menor medida se intenta rehabilitarlos de violencia sexual y/o emocional ¿Podrá una plática escolar o alguna conversación paterna restañar temores y conductas defensivas que se convierten en patologías en la edad adulta?
Investigación y reportes bibliográficos van y vienen, recomendaciones para disminuir la natalidad, programas para evitar la desertificación y por ende no afectar la producción de alimentos; apertura de campos de refugiados o de orfanatos, entrevistas que solo logran que desde la edad preescolar se vea como normal la muerte violenta –por guerras, actos terroristas, secuestro, inclusive de parte de algún miembro del núcleo familiar- o asesinatos por dinero evitan que la prioridad del pasado[1] aplicada en eventos catastróficos sea vigente.
La inestabilidad psicológica en estas víctimas infantiles, incluye pleitos por posesiones –juguetes, útiles escolares- pesadillas, parálisis ante ruidos[2] de máquinas, desinterés por la vida y como consecuencia, no comer, no bañarse y en extremos suicidarse. En los años 60, este tipo de personas fueron atraídos por hippies, fumadores de yerba, promotores de la descalificación a toda suerte de estructura –familiar, religiosa gubernamental- y gente que en algunos casos los condenó a no salir nunca de esa condición de protesta perpetua ¿La confrontación generacional es también parte de lo que mueve a estos jóvenes terroristas?
Niños sirios, chechenios, nigerianos, egipcios, iraquíes se consideran afortunados por no haber muerto. Apenas una de ellos recorre el mundo dando conferencias con las visibles secuelas en su rostro derivadas de la violencia sufrida. Muchos de ellos prefieren negar lo ocurrido, otros más dicen “quiero verlos y estrellar su cabeza contra la pared o cuando menos meterlos en la cárcel porque no tienen corazón”.
Los niños y adolescentes que finalmente, por la causa que sea, se sienten identificados con los violentos de medio oriente se llaman con orgullo los “cachorros del califato”. Ellos consideran que su autoestima no es baja pues saben que llegarán directo al cielo de Alá si tienen el valor de autoinmolarse. ¿Alguna vez se han deprimido? ¿No es este tipo de suicidio una muestra de su intrincado desorden emocional? ¿Por qué aun teniendo circunstancias educativas, sociales, culturales y económicas consideradas favorables, escogen este camino de autodestrucción?
Horrorizados como estamos por la violencia bélica, parece que dejamos de lado la derivada del alcoholismo, la amoralidad, la tendencia a mentir o manipular y la ira incontrolable de algunos familiares que muchas veces agreden a los niños en el seno del núcleo social donde estos menores crecen.
Es poco el espacio real que tienen las víctimas para denunciar delitos de lesiones, vulneración de su libertad y desarrollo –matrimonios arreglados, sometimiento sexual[3]- pues los sistemas judiciales no siempre están diseñados para ello o sus titulares no se atreven a resolver adecuadamente. De los casi cien mil niños que fueron asesinados en el 2012, el 85% vivían en países de ingresos bajos y medios, siendo América Latina la que reporta la tasa más alta de homicidios en jóvenes menores de 25 años.
Casi imposible es reportar violencia en contra de la población infantil tratándose de castigos físicos o agresiones psicológicos como forma de disciplina[4] Por diversos estudios se estima que casi 2 niñas de cada diez –un total de 120 millones en el mundo- han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas en algún momento de su desarrollo.
Una corriente de analistas de este problema considera que la violencia contra los niños es un problema individual, frente a otra corriente que la asume como un tema social impulsado por las desigualdades económicas o sociales, así como aspectos de educación deficiente –aun en las clases altas cuya formación en su propia infancia también les ha afectado- que alimenta cierta tolerancia a la violencia y que impele por ejemplo a enseñar a los pequeños en el mismo seno familiar al uso de armas en contra de quienes tiene distinto origen étnico o religioso.
Celebremos pues el día del niño universal, dedicándoles tiempo y cariño a nuestros hijos, nietos, sobrinos y alumnos.


________________________________________
[1] Mujeres y niños primero era una norma obligada en cualquier evento de salvamento.
[2] De motores de aeronaves, de cohetes alegóricos o todo lo que se parezca.
[3] En algunas sociedades ciertas formas de violencia contra los niños son aceptadas o tácitamente toleradas.
[4] Se asume que uno de cada cinco niños es afectado por este tipo de violencia a manos de sus padres, parejas íntimas, maestros o compañeros escolares de mayor edad.


VER NOTA COMPLETA

Día Universal del niño

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.