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Julio 03, 2018 22:51 hrs.

Armando Fuentes Aguirre ’Catón’ › guerrerohabla.com

Periodismo ›


Los refranes no son tanto instrucción para el futuro como meditación sobre el pasado. Cuando decimos: ’Camarón que se duerme se lo lleva la corriente’ no es para aconsejar al camarón que no se duerma: es para extender el acta de defunción del camarón que se durmió.

La verdad es que a los refranes, como a los consejos, nadie les hace caso. Si no hacemos aprecio de la experiencia menos vamos a atender los dichos. Comoquiera son muy bonitos. Pondré enseguida algunos que me gustaron mucho.

Cuando Perico llega a don Pedro, ¡qué miedo!
Indica que quienes se encumbraron después de haber estado abajo se vuelven a veces soberbios. (A ver si no sucede eso con ya saben quién).

Beso y beso, y ya nomás, pocas veces, o jamás.
Significa que es muy difícil que un hombre y una mujer se besen y acaricien sin que lleguen a cosas de más ardimiento y resultados. Expresa lo mismo otro refrán: ’Abracijos no hacen hijos, pero son preparatijos’.

A más hombres mata la bragueta que la bayoneta.
Este es proverbio antiguo, de tiempos de sífilis y guerra. Ahora ya no hay en México otra guerra más que la del narco, y la sifílis fue vencida por la penicilina, pero con eso del sida el dicho dicho sigue siendo una verdad.

Puta primaveral, alcahueta otoñal y beata invernal.

La mujer que en su juventud vivió de sus encantos, cuando los pierde suele obtener provecho de los encantos de las jóvenes. Luego, al envejecer, se arrepiente de sus culpas y se hace muy devota para expiar sus pasadas culpas.

Gran ganancia sin robancia, ni aquí ni en Francia.

Declara que el origen de algunas grandes fortunas no es siempre muy claro, y que tras los muchos dineros suele haber en ocasiones cosas turbias.

Si no va el dueño va el daño.

Expresa lo mismo que esta otra sentencia: ’El que tiene tienda que la atienda’. Don Abundio, el del Potrero, dice que el mejor fertilizante para una huerta son las pisadas de su dueño.

No hablemos mal de los perros hasta estar lejos del rancho.

Este refrán aconseja prudencia: no debemos dar nuestras opiniones sin antes estar seguros de que manifestarlas no habrá de acarrearnos un perjuicio.

El avaro y el cochino no son buenos cuando vivos. Mas cuando muertos están, ¡ah qué buenos ratos dan!

Sabio refrán es ése. El hombre rico y avariento no goza de su dinero ni deja que lo gocen los demás. Es como el cerdo, que no disfruta de su propia carne. Pero muere el cerdo, y todos se aprovechan de sus tocinos y jamones, igual que muere el avaro y gozan los demás de su dinero.

Decía un sabio señor: ’Los pantalones con que me enterrarán no tendrán bolsillos, porque nada me voy a llevar’.

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Dichos sabios y sabios dichos

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