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Agosto 30, 2018 18:37 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Entretenimiento ›


Las pláticas que sostenemos con nuestro amigo el doctor Fernando Calderón Ramírez de Aguilar no tienen desperdicio. En esta ocasión nos ilustra con una visita al Vaticano, en Roma, Italia y nos habla del arquitecto de Dios, Gian Lorenzo Bernini.
Durante el dialogo habla en primera persona, lo que respetamos, no obstante que tomamos parte de la charla.
’En alguna ocasión durante un viaje a Europa tuve la oportunidad y el placer de ir a roma y visitar todos su tesoros y desde luego al vaticano en donde desde luego vi la obras de Miguel Ángel Buonaratti tanto en esculturas, como los frescos en la capilla Sixtina’. Pero lo que llamó más su atención fue la columnata romana que alberga múltiples esculturas y que además compiten en belleza y arte con las de Miguel Ángel.
Preguntó quién las hizo y la información fue que había sido el arquitecto de Dios, Gian Lorenzo Bernini. Realmente quedas extasiado y sorprendido ya que solo no habían sido estas las únicas ya que se encontraban obras escultóricas en toda Italia.
Gian Lorenzo viene a la vida el 7 de diciembre de 1598 en la Ciudad de Nápoles, sus padres Angélica Galante y Pietro Bernini este ultimo nacido en la toscana en la población de sesto florentino.
En la bella ciudad de Nápoles conoció a su madre Angélica Galante, con quien contrae matrimonio. La familia se trasladó a Roma bajo la protección del Cardenal Scipione Caffarelli-Borguese a quien muestra, a sus seis años, el precoz talento de Gian Lorenzo. Sera el virtual creador del estilo barroco.
Su obra tendrá gran movimiento al liberarla de la limitaciones renacentistas en que la figura debía desplazarse lo minimo posible del bloque original. Utiliza mezclas de mármol de colores, bronce, estuco, pintura y vidrios coloreados.
Le preocupa particularmente que se establezca una verdadera comunicación entre la imagen y el espectador, adelantándose siglos al interés actual por la recepción del arte.
Entre lo mejor de su obra pronto resalta el baldaquino de la tumba de San Pedro y la tumba de Urbano VIII en San Pedro en Roma.
La Asunción de Santa María la Mayor y el Éxtasis de Santa Teresa en San Andrés del Quirinal.
Su escultura laica influye la Fuente de los cuatro Ríos en la Plaza Navona, Neptuno dios del mar y Tritón, David y el rapto de Proserpina en donde impresiona como se ve hundida en la piel de Proserpina la mano que la aprisiona y Apolo el Dios de la belleza y Dafne la ninfa de las aguas sacerdotisa de Gea, las más conocidas.
Su padre el escultor manierista Pietro Bernini, perteneciente al estilo artístico que surgió en Italia a comienzos del siglo XVI y que se caracterizaba por la abundancia de las formas difíciles y poco naturales influye enormemente en la ejecución de las obras de su hijo. El primer manierismo apareció como reacción al equilibrio de formas del Renacimiento. Una figura excepcional, el Greco cuyo nombre real era Doménikos Theotokópoulos.
Y es el autor del entierro del conde de Orgaz. Resaltan las figuras alargadas y algo distorsionadas, que culmina las formas del manierismo al servicio de una religiosidad excepcional y cerrada sobre si misma de la Contrarreforma española.
El manierismo es modernista y se extiende por toda Europa. Algunos lo consideran un trastorno propio de algunos enfermos mentales que consiste en la ejecución de movimientos complicados como el caminar, saludar o pintar.
Es muy posible que esa influencia durara poco o nada ya que sus obras son realistas y solo cambian de forma al ver en su conjunto las 140 estatuas de la columnata. Inspiración y arte para crear esas obras dedicadas a los santos de manera real. Otro ejemplo es la columnata romana frente a la basílica de San Pedro en Roma.
Esta obra a pesar de la oposición combativa de Monseñor Aluchi, la congregazione de la Reverenda Fabbrica aprobó en su totalidad el presupuesto de Bernini para las esculturas y los balcones de San Pedro.
Garantizó el pago de 3,300 escudos para el diseño de Bernini y los cuatro escultores por su estatua monumental del nicho de los pilares de la cúpula.
Las recomendaciones como escultor de la Verónica a Francesco Mochi; para Santa Helena sosteniendo la Cruz, al maestros Andrea Bolgi: la escultura de San Andrés fue designada a Francesco Duquesnoy y el propio Gian Lorenzo se reservo la realización del San Longino.
En cuanto recibió el primer pago se dedico por entero a su realización. Realizo veintidós Bozzetti en busca de la figura más apropiada.
Este militar rudo que ha tomado la lanza y ha picado el costado del sacrificado y que de pronto se ve inundado en su interior por la luz divina del entendimiento que le hace exclamar: ¡ En verdad este hombre era el hijo de Dios !.
Debo retratar, se decía Gian Lorenzo ese momento de lucidez, ese instante de iluminación que cambia totalmente la vida de aquel hombre, en una posición de brazos extendidos como los de Cristo en la cruz, imita a su nuevo modelo de vida, a quien voltea a ver extasiado, con incredulidad y agradecimiento, al ser acogido por el amor divino, en su perdón otorgado sin condiciones a quien ha sido su verdugo, en total contradicción a los odios humanos propiciados en la milicia romana.
craveloygalindo@gmail.com

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El arquitecto de Dios (uno de dos)

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