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Mayo 24, 2018 18:42 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Entretenimiento ›


La gente lo llama eco. Pero en realidad es la vida. Te devuelve todo lo que dices o haces.
Nos explicamos: Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones.
Nos dará de regreso exactamente aquello que le hemos dado. Nuestra vida, no es una coincidencia. Es nuestro reflejo.
Es cierto. Si no nos gusta lo que recibimos de vuelta, revisemos nuestras emisiones, concluiríamos esta observación.
Por cierto, nuestra gratitud a la doctora, escritora, poeta, Rosa Chávez Cárdenas, que al evocar la figura de su progenitor don Francisco Chávez, nos recuerda que el empresario nace y se hace. Casi igual que el eco. Lo razona:
No todos cuentan con aptitudes para emprender un negocio ni trabajar de manera independiente. Porque una de las causas es el sistema educativo tradicional que prepara para recibir órdenes, repetir modelos. No para mandar.
No alientan la creatividad, ni el trabajo en equipo. El avance o retroceso se mide en cuestión de la calificación de los exámenes: aprobados o reprobados.
Y es tanta la afectación por obtener las mejores notas que se graba en el inconsciente.
El sistema afecta a la autoestima, a la seguridad y confianza en sí mismos, porque en cualquier actividad se espera la calificación, incluso en actividades, artísticas y deportivas. De manera que al finalizar los estudios cuesta trabajo ser independientes.
El empresario nace y se hace. Aprende de los errores en la practica, corre el riesgo, e inicia un negocio con entusiasmo, se enamora de su idea, si le va bien, crece, si mal, no se rinde, busca otro negocio.
Los negocios tienen riesgos por las fluctuaciones de los mercados y por fenómenos naturales.
Platica ella, como ejemplo, que hace más de cincuenta años, su padre, construyó un gran negocio, una mueblería, en las costas de Colima. Un huracán de categoría 5, lo destruyó.
Entró a tierra desde el puerto de Manzanillo, desbordó el río, provocó deslaves, sepulto a cientos de personas y animales. Inundó casas.
No había protección civil como ahora.
Las pérdidas fueron cuantiosas. Pero él no se quejó, tomó la crisis como oportunidad y cambio de negocio.
La fortaleza que hoy se llama resiliencia la aprendió en su familia. No solo emprendió otro. Fueron varios.
Desde niños nos involucró. Nuestros juegos eran al banco y a pagar con cheque.
Nos enseñó que emprendedores eligen qué comenzar. Qué iniciar. Se informan, buscan hacer las cosas diferentes. Crecer y sumar a más gente.
Claro que es importante conocer sus fortalezas y debilidades. Trabajar en equipo, y complementarse en cuanto a sus aptitudes.
Por supuesto que hay empresarios que solo buscan el enriquecimiento personal, y explotan a sus colaboradores.
Pero otros son líderes morales, cuentan con valores, están conscientes que dependen de sus trabajadores, los motivan, les dan incentivos.
Eso falta en la burocracia. El gobierno hace como que les paga y ellos como que trabajan.
En campaña López Obrador acusó a los empresarios de tener secuestrado al Gobierno, de hacer la guerra sucia en su contra: ’ya han robado mucho, han destruido al país, desgracian al pueblo. Háganse a un ladito ya’, insistió.
En respuesta a sus críticas logró que se unieran la mayoría de las organizaciones, que publicaron desplegados en la prensa.
’Trabajamos por México. El país que todos queremos requiere de un liderazgo que convoque a la unidad, no a la división, que no genere enconos. Todos formamos parte de esta gran nación y juntos es como debemos de reconstruirla’.
Creemos en la libertad como el cimiento fundamental de una sociedad democrática afirma la escritora Rosa Chávez.
Y añade, en lo que también estamos de acuerdo, en la libertad de expresión, de asociación. En la libertad para emprender, para competir y sobre todo en la libertad de disentir y pensar diferente’. Cierto: Para avanzar como país, puede haber orden sin democracia, lo que no funciona es la democracia sin orden.
craveloygalindo@gmail.com

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El eco. Y el empresario

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