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Agosto 31, 2018 09:43 hrs.

Viviana Levet / FORBES › Emmanuel Ameth Noticias

Tecnología ›


Programó su primer servidor en línea a los 11 años y consiguió que cerca de 3,000 usuarios se registraran en una plataforma de videojuegos que les permitía interactuar en modo multijugador con otras personas en tiempo real.

Originario de Guadalajara, Jalisco, Joel Hernández fue educado en casa de la mano de 10 hermanos y una barra de ballet clásico en el patio de su casa, hasta que llegó la primera computadora a la familia, misma que lo convirtió en un apasionado del diseño digital y la computación.

Y es que este joven emprendedor es nada más y nada menos que el hermano menor de quien fuera considerado el Mejor Bailarín del Planeta en 2018, Isaac Hernández, el primer bailarín mexicano de la English National Ballet en ser reconocido con el ’Prix Benois de la Danse’, sólo que a diferencia de su hermano, su camino se forjó con líneas de código, en lugar de mallas, zapatillas y dobles pirouettes.

Su interés llegó a tal grado que comenzó a educarse en temas digitales y programación desde los 11 años, con libros que le traían sus hermanos de Estados Unidos.

Cuando llegó a la mayoría de edad, sin preguntar ni avisar a sus padres, aplicó para la Universidad Libre de Amsterdam (Vrije Universiteit), misma que lo aceptó tras una serie de exámenes de matemáticas y conocimientos generales para estudiar una ingeniería en sistemas computacionales.

Hoy, 4 años después, y con la implementación reciente en Europa del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés) de su lado, Hernández es uno de los 30 emprendedores menores 30 de Europa (30 Under 30 Europe) y director y fundador de Openbook, la plataforma que quiere acabar con el monopolio de Facebook un usuario a la vez.

Una red social para los usuarios, construida por los usuarios

Actualmente las oficinas principales de Openbook se encuentran en la ciudad de Ámsterdam, en Holanda, desde donde se construyen y se programan los servidores, se tramitan las licencias y permisos, y se comunican con aproximadamente 30 ingenieros, diseñadores web y programadores.

Para quienes no son particularmente genios de la programación, la plataforma permitirá la personalización del perfil, el cual no sólo se refiere a una foto y una portada, sino a la construcción completa de colores, tipografía, el tipo de contenido deseado, las fuentes de información permitidas y el diseño de un avatar animado.

Incluso, para combatir el tema de las fake news, cada usuario tendrá la oportunidad, no sólo de reportar posts, abusos u ofensas, sino de elegir a los creadores de contenido que desee para informarse, además de que la plataforma contará con su propio equipo de ‘fact checkers’ para monitorear que la actividad en esta nueva red social esté libre de violencia, noticias falsas y sucesos que inciten al odio y la polarización.

Pero lo mejor de todo este esfuerzo es que 30% de las ganancias de Openbook se donarán a Founders Pledge, un programa sin fines de Lucro en Reino Unido, en el cual los empresarios se comprometen a donar parte de sus ingresos para proyectos de educación, sanitización, atención a problemas de salud mental y fondos para situaciones de emergencia a nivel mundial.

“Si llegamos a ser cómo Facebook, podríamos dar sustento a 20 Unicefs”, asegura Hernández.

Encriptación, el ingrediente principal

Encriptación, el ingrediente principal

Al principio, sus compañeros no creyeron que un tema como la privacidad fuera tan importante, e incluso le aseguraron que su idea estaba destinada al fracaso ya que “la gente no conocía lo que era la privacidad”.

Pero tras la filtración de datos de más de 80 millones de usuarios de la empresa de Zuckerberg, en un intento de la consultora política Cambridge Analytica por beneficiar la campaña presidencial de Trump en 2016, Hernández se decidió a crear la “última red social” a partir de la nueva reglamentación europea, una que diera prioridad a los usuarios y creadores de contenido, sin anuncios y sobre todo, con la posibilidad de encriptar su información personal.

Esta aplicación gratuita y 100% móvil, permitirá a los usuarios importar toda su información de Facebook, para evitar que pierdan los recuerdos y contactos ya guardados en la red social, una de las armas fundamentales para el emprendedor mexicano si quiere vencer ‘el monopolio de datos’ que dirige Zuckerberg.

Además de absoluta transparencia sobre el uso de la información y los datos de las personas que se registren, Hernández tiene otro as bajo la manga: Phil Zimmerman.

Quien fuera el creador de PGP (Pretty Good Privacy), un software de cifrado, firma y autenticación y un ícono de la encriptación, es el principal inversionista detrás de su proyecto, mismo que fue creado en menos de 4 meses por un grupo de programadores y diseñadores digitales con 115 mil dólares obtenidos a partir de una campaña de Kickstarter.

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