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Julio 19, 2016 16:26 hrs.

Jorge Herrera Valenzuela › diarioalmomento.com

Política ›


El arribo de María Alejandra Barrales Magdaleno a la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática, el pasado sábado cuando se festejaban las Carmelitas y los Carmelos, tiene varias lecturas en momentos de crisis política, dentro y fuera de su partido. La defeña, de amplia experiencia política, históricamente puede ser quien, después el primer domingo de junio de 2018, mantenga con vida al PRD.
La joven que hace 22 años fuera líder de las aeromozas mexicanas, unas horas antes de celebrar su cumpleaños 49, le ganó la presidencia perredista al economista Pablo Gómez Álvarez, quien interinamente dirigió al PRD en 1999. Alejandra después de ser líder sindical, fue presidenta de ese partido en el entonces Distrito Federal. Es senadora con licencia, porque se desempeñó como Secretaria de Educación en el gobierno de la hoy Ciudad de México y renunció al ser postulada para sustituir al expriista Agustín Basave Benítez.
María Alejandra será la tercera mujer que ostenta la presidencia nacional del partido fundado en 1989 por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. La zacatecana Amalia Dolores García Medina lo fue de 1999 a 2002 y la defeña María del Rosario Robles Berlanga, de 2002 a 2003; ambas fueron gobernadoras de Zacatecas y del D.F., respectivamente. Por cierto, de los 12 presidentes perredistas, seis se formaron en el PRI y tuvieron diferentes cargos de elección o de nombramiento en el tricolor.
Algo más tiene de trascendente en el nuevo comité ejecutivo nacional, pues es la primera vez que un partido político tenga presidenta y secretaria general. Hasta ahora la guerrerense Beatriz Mojica Morga se mantiene como la segunda en el mando, aunque ella aspiraba a ser la mera mera, pero ’Los Chuchos’ aflojaron a última hora. Ale y Betty están convencidas de que saldrán avantes en el reto de las elecciones del año próximo y que entregarán buenas cuentas en el 2018.
El PRD se encuentra en crisis y la tarea de la senadora Barrales está enfocada, según trascendió el sábado, después de la toma de posesión, en unificar a las corrientes o tribus que integran al partido. No es nada fácil, porque más que ideológicamente las pasiones se desbordan por la captura de prebendas económicas, ubicación en las nóminas oficiales; luego vendrán las disputas por las candidaturas a senadores y a diputados federales.
Lo inmediato en el campo electoral, son las elecciones el año venidero en Coahuila, en Nayarit y en el Estado de México. Las tres entidades tienen gobernantes apoyados por el PRI. En el norteño territorio, que en el siglo pasado se extendía hasta lo que hoy es Texas, de 1929 a la fecha han gobernado priistas, siendo el más corrupto Humberto Moreira Valdés que dejó a su hermano en el cargo; Humberto goza de impunidad gracias al Presidente Enrique Peña Nieto. En Coahuila puede darse una alianza PAN y PRD para derrotar al todavía invencible en esas latitudes.
Doña María Alejandra ya debe pensar cómo actuará el perredismo en Nayarit, sus cuadros son muy escuálidos y carece de representación el partido de colores amarillo y negro. Ese Estado costero del Pacífico tuvo mucha inestabilidad y por ello en el mismo lapso, antes referido, tuvo 32 gobernadores y un jefe político en 1929, el general Esteban Baca Calderón, constituyente del 17. El PAN gobernó de 1999 a 2005. Es de los pocos Estados que registran en su historia 16 gobernadores interinos en los últimos 87 años. Los 16 restantes fueron abanderados del PRI. El empresario Antonio Echevarría Domínguez renuncia al PRI y con el apoyo del PAN en alianza con el PRD, el PT y un partido local, rompe la cadena de triunfos priistas y gobierna de 1999 a 2005.
En el vecino Estado de México, es donde veremos de que cuero salen más correas. El PRD tiene una estructura para dar pelea, pero difícilmente para ganar solito la gubernatura. Tienen fuerza en algunos municipios del Valle de México y del Oriente de la entidad. Una de sus cartas fuertes es la próspera empresaria Yeidckol Polevnsky Gurwitz, quien en el 2005 fue candidata a gobernadora y obtuvo casi el millón de votos y después formó parte durante seis años del Senado de la República. Yeidckol en su primera acta de nacimiento aparece como Citlali Ibáñez Camacho; su padre fue un ayudante militar del Presidente Ruiz Cortines y el apellido materno la presentaba como nieta de Maximino Ávila Camacho, hermano del Presidente Caballero, general Manuel Ávila Camacho.
Los panistas mexiquenses quieren que uno de los suyos sea el que rompa con los 88 años de gobiernos priistas. Para lograrlo tendrán que buscar aliados y el más fuerte lo es el PRD, pero Alejandra Barrales deberá de pensarlo muy bien, porque también entre sus correligionarios hay quienes desean la candidatura, pero tendrían que ir solos porque, insisto, el PAN quiere la gubernatura.
Más complicado está el panorama para la sucesión presidencial, porque no se puede olvidar que en el 2015 los electores se revelaron en las urnas en contra de los partidos políticos, en contra del gobierno federal y aparecieron los candidatos autollamados ’independientes’. En Nuevo León un expriista ganó la gubernatura, mientras que en Sinaloa la victoria fue para un expanista que jugó para diputado federal. En Jalisco, un joven estudiante se convirtió en diputado local y en Morelia el presidente municipal también salió con la bandera de ’independiente’.
En las elecciones de este año nuevamente el electorado se fue en contra del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y la alianza del PAN con el PRD derrotó al PRI en Puebla, en Quintana Roo, en Veracruz y en Durango. Tamaulipas, Aguascalientes y Chihuahua se las llevaron los panistas sin otro apoyo. Eso le dio oxígeno al decaído perredismo, cuyo declive comenzó desde los días en que Andrés Manuel López Obrador se cobijó con el PT y Movimiento Ciudadano para más tarde dejarlos y fundar Morena, cuyo porcentaje de simpatías aumentó en la misma proporcionó que lo perdió el PRD.
Aún falta mucho por verse en cuanto a las candidaturas del 2018. El tabasqueño va por la tercera búsqueda, no ha dejado de hacer campaña desde hace 16 años. En el PAN sigue barajando los nombres de Ricardo Anaya Cervantes, el peor prospecto; Margarita Zavala Gómez del Campo, arrastrando el lastre de su esposo Felipe Calderón y el desbocado Rafael Moreno Valles Rosas. PRI y PRD tienen abierto el abanico, aunque el tricolor no tiene ningún peso pesado para la contienda y el partido que hoy dirige Alejandra Barrales pudiera decidirse por Miguel Ángel Mancera Espinoza, el hombre sin partido y que no ganaría ni como independiente.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿María Alejandra Barrales Magdaleno festejará su cincuenta aniversario con un perredismo fortalecido o persistirá en su idea de que nadie gana las elecciones si va solo?
jherrerav@live.com.mx

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El PRD, sus mujeres y las alianzas

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