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Marzo 28, 2024 02:09 hrs.

Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com

Política ›


Las elecciones de este año son las más importantes en la historia del país. Serán elegidos, desde el Presidente de la República, hasta presidentes municipales, así como aspirantes a otros cargos de elección popular.

Pero hay quienes se anticiparon a vaticinar que también serán las más sangrientas, debido a una actitud de brazos caídos frente a la delincuencia, que más bien será utilizada para amedrentar a los enemigos de Morena, principalmente.

De hecho, los asesinatos comenzaron meses antes de iniciar formalmente las campañas. Se estima que 33 personas inmersas en actividades políticas, entre las que figuran obviamente aspirantes a algún cargo, fueron ultimadas a balazos para limpiar a tiempo el camino a los candidatos impuestos por el llamado crimen organizado y al mismo tiempo intimidar a los enemigos.

No es ninguna sorpresa. Cualquiera, hasta un chairo, que ya es mucho decir, pudo haber imaginado la reimpresión del sello que ha prevalecido en todo lo que va del sexenio, cada vez que se avecinan elecciones. En las de 2021 abundaron los secuestros, las intimidaciones y los asesinatos, la mayoría ejecutados por los aliados de Morena de rostro invisible.

El caso es que, pese a las experiencias sufridas en las llamadas elecciones intermedias, o en las celebradas en 2021, en las que menudearon los secuestros, las amenazas y los asesinatos de diferentes candidatos, principalmente opositores de Morena, hoy, el gobierno aún no es capaz de blindar a los diferentes aspirantes y mejor, se ha dedicado a proferir a diestro y siniestro que todo está bien.

En paz.



Esto evidencia un cruzamiento de brazos impuesto por el mismo Presidente, mientras los crímenes se multiplican. Si alguien es proclive a escuchar sus infortunadas mañaneras, ya debe haber advertido que el número de homicidios habrá de aumentar paulatinamente, hasta que la situación se torne insoportable y las elecciones transcurran secundadas por la violencia.

La organización Data Cívica afirma que en enero ’se registraron 35 ataques o amenazas contra funcionarios o exfuncionarios.

En 21 casos, las víctimas perdieron la vida. Los datos de febrero no están cerrados aún, pero las cifras preliminares, que solo alcanzan a contar hasta el 10 de febrero, señalan que los asesinatos de personajes políticos ascenderían a 33’.

En Guerrero, un estado sin autoridades y sin ley, desde luego, fue asesinado el domingo reciente, Alfredo González Díaz, candidato del Partido del Trabajo a la alcaldía de Atoyac de Álvarez, a bordo de su automóvil rumbo a Zihuatanejo, al parecer, con una pistola calibre nueve milímetros.

Al ser cuestionado sobre la protección de la violencia en el período electoral en que ha entrado México, sacudido por una serie de asesinatos de candidatos y funcionarios, advertido por el alto comisionado de la ONU, Volker Turk, el Primer mandatario señaló que ’está en contra de nosotros y hace comparsa con los que quieren demostrar de que México es un país muy violento".

Como ya es costumbre, se victimiza. Los periodistas, muchos empresarios y otros sectores son quienes le inventan su desapego a combatir el crimen o su proclividad a ofrecerles todo el respeto que merecen, porque también son humanos, mientras exhiben actos que ni el diablo cometería, en los que le extraen el corazón a algún enemigo que se nota, está en plenitud de salud física.

Ahora, en sus elucubraciones, son también los organismos internacionales los que se han sumado en su contra y los que seguramente han acordado con sus ’adversarios’, para decir mentiras en torno a su forma de gobernar, que no ha ido más allá, en cinco años, de destruir instituciones, de pisotear las leyes y de botar el dinero de los mexicanos en sus obras insignia.

Seguramente se da cuenta, pero no es capaz de admitir, que México está considerado uno de los países más violentos del mundo. Seguramente negará hasta que todo quede bien claro, su relación con el crimen organizado, que le ha valido el mote bien ganado de Narco Presidente, como ya hemos apuntado.
ariosruiz@gmail.com

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Elecciones tintas en sangre

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