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Abril 11, 2019 20:12 hrs.

Noé Mondragón Norato › guerrerohabla.com

Periodismo ›


No es la primera vez que ocurre. Y que sea la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), la que tome por asalto la tribuna del Congreso local. De las organizaciones sociales disidentes al sistema, es laúnica que ha logrado hasta hoy, tal hazaña. Otras, como los normalistas de Ayotzinapa, se han limitado a vandalizar las instalaciones de ese recinto legislativo. La osadía de la Ceteg se entiende: a su interior se mueven los más variopintos intereses políticos del magisterio guerrerense. Así lo refrendan los antecedentes.

CETEG: PODER DE IRRUPCIÓN. – La influencia de la Ceteg es real. De hecho, se ha convertido en uno de los poderes fácticos que los distintos gobernadores guerrerenses no han podido controlar. Basta con remarcar los antecedentes: 1.- El sábado 15 de noviembre de 2008, los diputados que integrarían la 59 legislatura local tomarían protesta. Pero una turba integrada por más de 3 mil maestros de todas las regiones de la entidad, tomaron por asalto dicho recinto. Se apoderaron de la tribuna. Impidieron efímeramente, el desarrollo de la ceremonia protocolaria. Los diputados tuvieron que esperar tres horas para rendir protesta. Justo cuando a los cetegistas se les permitió el uso de la tribuna. La Ceteg llegó hasta ese extremo porque escondía cuando menos, dosintereses políticos concretos: A) Mostró la fuerza política del extinto Armando Chavarría Barrera, quien de esa forma logró acaparar la Comisión de Gobierno para el primer año de gestión de aquella legislatura, desplazando al figueroísta Héctor Vicario Castrejón. Y B) Impidió la toma de protesta de José Natividad Calixto Díaz, exdirigente de la sección 14 del SNTE y quien llegó a dicha representación popular por la vía plurinominal arropado por el Partido Nueva Alianza (Panal), un instituto político que perdió su registro en la pasada elección del 1 de julio de 2018. Calixto Díaz tuvo que salir por las puertas traseras del Congreso local. Desde luego, la bandera de lucha que justificó esa acción se ligó a la firma del Acuerdo por la Calidad de la Educación (ACE) firmado por el expresidente panista Felipe Calderón, con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). 2.-’Si no los dejaba entrar iban a causar destrozos’. Fue esa la justificación del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, el morenista Antonio Helguera Jiménez, para permitir el acceso de los maestros cetegistas al recinto legislativo el pasado martes. Convertidos momentáneamente en dueños de la tribuna, demandaron tres cosas: derogación definitiva de la Reforma Educativa de Peña Nieto, presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa e inclusión total de los más de 5 mil trabajadores de la educación que están fuera del Fone. Desde luego, pidieron la gestión de los representantes populares. ’No queremos que nada más nos escuchen, queremos resultados’. En corrillos políticos, la versión más socorrida es que los cetegistas quieren muy en el fondo, que el presidente López Obrador les ceda el control del SNTE. Y no permita que la maestra Elba Esther Gordillo -de corrupta memoria-, regrese a tomar el control de ese sindicato, considerado durante muchos años como ’oficial o charro’. Desde luego que la presión del Fone es también para el gobernador Héctor Astudillo, a quien le estalla de forma directa el conflicto generado por los maestros disidentes. El punto es que la Ceteg y su matriz la CNTE, demandan lo imposible a AMLO: tomar el control de todas las plazas magisteriales, el aumento salarial a modo y la asignación de nuevas claves, entre otras. Una Reforma Educativa delineada de esa forma, es aventurada. Pero mientras, actúan y se movilizan como si todavía gobernara el PRI. Pero en la negociación también deben ceder. Porque lo demás se llama encaprichamiento. Y responder muy en el fondo, a intereses oscuros e inconfesables. La toma de tribuna del Congreso local -como en 2008- representa un exceso. Y son tiempos de apertura democrática, no de autoritarismos.

HOJEADAS DE PÁGINAS…El Caudillo del Sur, Emiliano Zapata Salazar, cumplió ayer cien años de su proditorio asesinato ocurrido en la hacienda de Chinameca, en Morelos. Su mítica figura revolucionaria ha servido al menos para dos cosas: adornar con su fotografía las suntuosas oficinas de políticos corruptos. Y también, los discursos insensibles y demagogos del poder que año con año y desde 1920, lo han exaltado. Pero son los mismos que en los hechos y como su ejecutor Jesús María Guajardo Martínez, han traicionado recurrentemente su legado.

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Excesos de la Ceteg

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