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Octubre 12, 2017 14:08 hrs.

De la Redacción › diarioalmomento.com

Medio ambiente ›


Las imágenes hablan por sí solas: una enorme mancha marrón enturbia las aguas de la bahía de Palma. Se trata del último vertido de aguas fecales en la costa de la capital. Los ecologistas muestran su extrema preocupación y exigen actuar ya.
El emisario más cercano al puerto comenzó a arrojar toneladas de heces, perfectamente visibles desde la zona de El Terreno, y el colectivo Mallorca Blue lo subió a su página de Facebook para, una vez más, denunciar la contaminación y degradación de las aguas y por ende, de la vida marina del fondo y de la posidonia. Algo que también se traduce en un impacto negativo sobre la salud de los bañistas y también, en la salud del sector clave de la comunidad: el turismo. Aguas sucias, contaminadas y malolientes no son precisamente el mejor reclamo.

"Los fondos de Mallorca son aún más vulnerables que los del resto del Mediterráneo pues carecen de hierro, al no haber ríos. La falta de este mineral provoca que se disparen las concentraciones tóxicas de sulfhídrico, que producen las bacterias al transformar la materia orgánica vertida y que se deposita en el fondo, degradando gravemente la posidonia, la vida marina del fondo y la calidad de las aguas de baño", indican en el post. "Es un desastre medioambiental y económico", explican.

De hecho, informan de la peligrosidad de practicar vela en la bahía de Palma en tales condiciones. "Se recomienda a los niños que practican este deporte que cierren la boca si caen al agua".

Desde Emaya reconocen los hechos y recalcan su "preocupación" pero insisten en que las infraestructuras están obsoletas "porque no se invierte en ellas desde hace demasiados años". Asimismo, recuerdan que tanto la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado del Ayuntamiento de Palma como la conselleria de Medi Ambient firmaron en enero un protocolo para planificar las inversiones de saneamiento y depuración por medio de un canon, es decir, de un impuesto que recaudan los ayuntamientos en la factura del agua pero que se envía a Hisenda, desde la que se destina a políticas de agua vía presupuestaria. Según informaron entonces, la mayor parte se destina a depuración y el resto a nuevas inversiones.

En total, entre 2017 y 2018, el Ajuntament destinará 35 millones de euros a inversiones. De momento, este año ya se han empezado a tramitar dos proyectos importantes: uno de ellos, la construcción de un colector interceptando, una gran tubería de dos metros de diámetro y 3,2 kilómetros de largo, que transcurrirá a 8 metros de profundidad desde las Avenidas hasta la depuradora, y que mejorará la canalización del agua cuando haya fuertes lluvias.

El proyeto tiene un presupuesto de 18,8 millones de euros y se verá complementado con otro de 7 millones, que consiste en la construcción de un depósito de aguas residuales -de lluvia y fecales- cerca de la misma depuradora, que retendrá el agua más contaminante para que no se vierta en el mar.

Y ya para el año que viene, Emaya ha estimado una inversión de 7 millones de euros para la mejora de la cuenca y la playa de Palma, con una nueva tubería y una nueva estación impulsora. "Todo ello son acciones complementarias a la nueva depuradora que debería construir el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, con un presupuesto de 80 millones de euros", aseguró la presidenta de la empresa pública, Neus Truyol.

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Indignación por el último vertido de aguas fecales en la Bahía de Palma

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