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Junio 08, 2018 22:15 hrs.

Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

Periodismo ›


Mientras que la abrumadora mayoría de los comentaristas nos proveen un día si, y otro también, con su perspectiva, fundada o no, sobre lo maravilloso que es el candidato de su preferencia y lo malvados y corruptos que resultan los otros, a la vera de ellos nos encontramos quienes no tenemos ’gallo en este palenque.’ Entre quienes conformamos este último grupo, muy reducido en cuanto número, pero no en lo concerniente a contenido, algunos prefieren analizar las diversas perspectivas político-filosóficas y otros nos vamos a dar una vuelta por la historia. Por supuesto que quienes optamos por esto ultimo no podemos olvidar aquellas palabras que, en nuestros lejanísimos años de adolescencia, nos dijera una condiscípula, recordada gratamente, ’no me gusta la historia por que es muy aburrida.’ Si en el ayer no compartíamos esa perspectiva, en el hoy tratamos de aportar nuestro esfuerzo para que los relatos del pasado no causen la impresión que entonces provocaba la reticencia mencionada. En ese contexto, mientras dilucidábamos el tema sobre el cual escribiríamos en esta colaboración, nos encontramos un texto que, algo nada extraño, conforme a nuestra ignorancia vasta desconocíamos. Apareció publicado originalmente en el diario El Nacional en 1933, posteriormente fue reproducido en la Colección ’México Actual.’ - Num. 6 elaborada por la Secretaria de Relaciones Exteriores. Y, en una edición facsimilar, lo editó la Escuela de Economía de la UNAM en 1989. El título del artículo era ’La rehabilitación de la plata como moneda,’ y estaba firmado por el estadista Plutarco Elías Calles. Bajo la premisa de que no habremos de entrecomillar los textos, pero los plasmaremos tal y como se escribieron originalmente, vayamos a la parte primera de esta pieza que aun cuando fue generada en el entorno de la crisis de 1929, por momentos recobra una actualidad que debería de hacernos reflexionar.
El estadista mexicano, constructor del edificio que albergaría al estado mexicano moderno, iniciaba su reflexión señalando que la crisis económica mundial que comenzó a dejarse sentir desde el otoño de 1929, lejos de ir decreciendo, va aumentando día a día sus desastrosos efectos, que se traducen en el cierre de fábricas, en el abandono del trabajo de los campos, en millones de seres sin trabajo que no cuentan ni con los elementos más indispensables para satisfacer las necesidades de la existencia; en la baja del ’standard’ de vida del resto de la población mundial que aun tiene ocupación, pero que la conserva con sueldos reducidos… Acto seguido, el antiguo maestro de escuela primaria externaba una crítica hacia los líderes mundiales.
Mencionaba que los conductores de los pueblos, los estadistas, los financieros, los economistas, habían demostrado una cobardía absoluta para enfrentarse resueltamente con un problema que en forma tan seria está afectando los intereses de la humanidad; y la política que han seguido los países, ha sido una política absurda de retraimiento, con la pretensión de encerrarse dentro de sus fronteras, estableciendo todo tipo de trabas y dificultades al libre comercio internacional, cuando deberían estar convencidos esos economistas, financieros y estadistas, de que el problema no puede resolverse por el esfuerzo o la actitud de un país obrando aisladamente , sino que se necesita de la cooperación internacional para obtener la realización de acuerdos y puntos de solución que la realidad de la vida indique, y que todos deben aceptar para llegar, no a paliar la situación, sino a resolverla con todo valor y buena fe. Aquí esta un ejemplo de cómo quienes dicen querer volver al pasado ni siquiera lo conocen y mucho menos lo entienden. El estadista que edificó el estado mexicano moderno tenia una visión bien definida de lo que era el mundo del futuro. No presumía de globalista, el termino ni siquiera existía, pero claramente entendía que los sistemas cerrados no llevaban a ningún lado, la cooperación internacional y la negociación entre las naciones era la alternativa para resolver los problemas que entonces ya pintaban para aterradores. En ese contexto, retomemos al texto del sonorense.
En el cuerpo del mismo, expresaba su esperanza de que los lideres hubieran comprendido la situación y escribía que afortunadamente parece que los fracasos que en la solución de esta situación han tenido y están teniendo los países -por seguir ese camino de egoísmo que hasta el presente han tomado como norma, pretendiendo cada pueblo mejorar su situación aislándose de los demás, - han traído como consecuencia la formación de una nueva corriente de orientación. En efecto se va a celebrar en breve, en Londres, una conferencia económica internacional, conferencia a cuyo carácter de ‘económica; agregaríamos nosotros; ‘y monetaria,’ para que allí, con un concepto de cooperación mundial, se vaya a estudiar la actual situación de crisis y a buscar los medios eficaces para resolverla, tomando medidas de aceptación universal que trasformen el estado de miseria del mundo, de inactividad, de falta de trabajo, en un estado de prosperidad; estado en que la actividad de las fábricas, la del campo y la de todas las fuerzas humanas, entrando en acción, consiga rehabilitar la producción y reestablecer la vida normal de esta humanidad que tantos dolores está sufriendo. Que conste, don Plutarco no hablaba de llegar a acuerdos para firmar tratados, ya fueran bilaterales o multilaterales, a lo que se refería era a la acción conjunta de las naciones para resolver la crisis que día con día se agudizaba. A partir de ahí, emitía diversos considerandos sobre los temas que posiblemente se trataran en la reunión mencionada.
En ese contexto, apuntaba que en dicha conferencia tal vez surjan discusiones sobre las deudas intergubernamentales procedentes de la guerra, la cuestión de las tarifas que tan justamente han preocupado a los pueblos, las trabas y dificultades que se han puesto al comercio internacional, así como otras medidas que esos mismos pueblos han adoptado tratando de nivelar su balanza comercial. Estos puntos, indiscutiblemente y en virtud de la nueva orientación que se está tomando, me parece a mí que serán considerados simultáneamente…A este respecto, pareciera que el estadista mexicano reseñaba la agenda a tratar en la reunión próxima del G7 que se inició el día de ayer en Quebec, Canadá. Aunado a ello, había otro aspecto que Elías Calles consideraba que se prestaría atención preferente, en la reunión de entonces no en la de ahora, era a la cuestión monetaria.
Y las palabras que a continuación reproduciremos, escritas por el ya para entonces Jefe Máximo, deben de revisarse con la percepción clara de cuales eran las circunstancias que entonces prevalecían en el mundo. Antes de ir a ellas, como nuestro amigo el economista Guillermo Robles Martínez Guizar nos lo sugirió, porque ni modo de que vayamos a presumir de que todas nuestras lecturas son producto de una búsqueda profunda e intensa, les recomendamos que revisen la obra escrita por el economista estadounidense, John Kenneth Galbraith, El Dinero (1979), en cuyo Capítulo XII, ’La Inflación Final,’ se hace un análisis excelente sobre el patrón oro y sus efectos en Europa durante la década de los 1920s. Podrán parecernos lejanos aquellos tiempos, pero las lecciones que de ahí emanan no son para tirarse al olvido. En ese contexto, quien fuera Presidente de México entre 1924 y 1928, indicaba que todos creemos que en esa conferencia llegarán los representantes de los pueblos al convencimiento de que, careciendo el mundo de la cantidad de oro que se necesita para la vida industrial y comercial de las naciones, así como para el desarrollo de su economía, estas tendrán que volver sus ojos a la necesidad de revalorizar la plata como moneda. Esta idea se va arraigando entre los banqueros, economistas y estadistas que han podido librarse de la influencia malsana de los grandes acreedores, o mejor dicho, de los grandes especuladores, que en perfecto acuerdo trabajan en las principales capitales del mundo: Londres, Nueva York, parís, Berlín, etc., para hacer fantásticas fortunas por medio de combinaciones financieras nada morales y a costa del bienestar de las grandes masas. Un comportamiento como este ha sido la constante entre quienes operan los mercados en los sitios indicados, nada de que sorprenderse, ni ayer, ni hoy. Pero en el entorno de ese pretérito era donde se generaban las palabras del político mexicano, algo que siempre debemos de tener presente cuando juzgamos eventos del pretérito, las circunstancias en que se generaron en su momento son totalmente distintas a las que se viven hoy en día.
Bajo esas circunstancias, indica que si en la conferencia a la que se venia refiriendo llegara al acuerdo de rehabilitar la plata como moneda, creo que entre otras medidas que se tomarían, se dictaría como primordial la de suprimir de la circulación todo papel moneda de dos unidades: digamos, por ejemplo, de dos dólares abajo, pues en los Estados Unidos circulan cientos de millones de billetes de uno y de dos dólares; en Francia circula una enorme cantidad de billetes de cinco, diez, veinticinco y cincuenta francos, y así sucesivamente en todos los países. Esto desde luego, traería como consecuencia la necesidad de emplear una gran cantidad de plata y el alza inmediata del metal argentífero. Pero antes de continuar con los asuntos monetarios, el fundador del Partido Nacional Revolucionario (PNR) hacía una reflexión sobre los adelantos tecnológicos.
Nos decía que la ciencia de la producción de la riqueza ha dado pasos gigantescos en estos últimos tiempos, al grado que los tecnócratas [ya vemos que la palabrita no es invención de ningún contemporáneo como algunos quieren hacernos creer, aun cuando la acepción que don Plutarco le daba al termino pudiera resultar distinta a la que hoy se le da] se alarman por el porvenir; temen que el maquinismo desaloje al hombre y lo condene a la miseria; y es esto porque se ha descuidado estudiar la otra ciencia complementaria de la producción; la ciencia que establezca la sabia circulación y justa repartición de la riqueza producida. Como iniciación en este camino hay que rehabilitar el poder de consumo de los pueblos, ayudándolos a revalorizar sus productos, y, por ende, a rehabilitar su moneda. De ahí pasaba a realizar un análisis breve sobre la situación de varios países y su relación con el uso de la plata como moneda.
E iniciaba apuntando que, como se sabe, hay muchos países que tradicionalmente han tenido como moneda la plata, y que en la actualidad no la usan, ya sea que sesten prescindiendo de ella por la depreciación del metal o bien por encontrarse en situación económica difícil. Estos países, de dictarse las medidas que dejo apuntadas, volverían a su vieja moneda, a la que le tienen confianza y cariño y con la que han formado riquezas y alcanzado bienestar; y el poder adquisitivo de estos pueblos, entre los que podemos citar la India, la China, los países de la América Latina y algunos otros europeos, quedaría rehabilitado, provocando esta acción un aumento del comercio internacional al alza del valor de las mercancías; y esto produciría un mayor consumo de materias primas, la rehabilitación de las fabricas con el empleo consiguiente de un gran numero de trabajadores, y, por último, el mejoramiento y la estabilidad de los cambios internacionales… Hasta ahí concluía la parte primera de la entrevista realizada al estadista Plutarco Elías Calles.
Como es factible observar a lo largo del texto, quienes a lo largo de los años se han dedicado a denostar al constructor del estado mexicano moderno tachándolo de fariseo, comunista y persona de escasa luces intelectuales, lo único que demuestran es su amplio desconocimiento a la concepción bajo la cual nació el modelo político-económico que permitió a México crece y desarrollarse a lo largo del siglo XX. Ni siquiera son capaces de llegar a comprender que la propuesta de los hombres del norte nada tenia que ver con el estatismo aberrante. Ni mucho menos planteaban la exclusión de tal o cual sector productivo. En la construcción de la economía que ellos proponían, los sectores productivos tenían asignado el papel que les debe de corresponder. El de ellos era un sistema en que al campo se le consideraba un ente generador de riqueza y no en un pozo sin fondo de ayudas asistenciales. A la vez, se planteaba contar con un sector empresarial, no uno rentista de negocios, que generara los bienes y productos requeridos que no solamente fueran capaces de satisfacer la demanda interna, sino que pudieran competir en los mercados internacionales. Ellos, los generadores del estado mexicano moderno, no apostaban a modelos de economías cerradas, sabían que la interrelación con el resto del mundo tendría que darse, pero también estaban consientes de cuales eran nuestras fortalezas y debilidades, mismas que operaban en el contexto del nacionalismo pragmático y no bajo la premisa maniquea en donde todos los demás eran malvados y nosotros los bondadosos. Pero, sobre todo, no apostaban a un modelo asistencialista como base para fincar el futuro del país. Por ello, quienes dicen que quieren retomar el pasado lo único que demuestran es su amplio desconocimiento de las raíces del estado mexicano moderno y lo que es peor, no son capaces de entender todo lo que aquello llevaba en su esencia. Pero peor que estos son los que niegan que el modelo surgido estado mexicano moderno, con todos los errores que tuvo, funcionó y fue capaz de mejorar las condiciones de vida de la población. Que conste nunca afirmamos que fuera el modelo perfecto, que no tuviera fallas y mucho menos vamos a negar que hay un sector que no ha podido superar las carencias, pero para hacer que este sector prospere no lo vamos a lograr mediante el ’pobretismo,’ disfrazado de asistencialismo social, en donde la dadiva no genera beneficio alguno sino simplemente un clientelismo político aberrante que nunca habrá de sustituir a la inversión productiva como fuente generadora de riqueza.vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) Cualquiera que haya cursado y aprendido correctamente sus lecciones de estadística sabe que de haber presentado un trabajo similar al que se realiza en las encuestas publicadas, en cualquier universidad seria, lo reprobaban.
Añadido (2) Ya apareció la cofradía de la vela perpetua, con todo tipo de vestimentas, demandando castigo para los panboleros quienes, conforme a su idiosincrasia ya conocida, se fueron de fiesta con damitas de reputación bien conocida. ¿En verdad quienes andan de persignados no temen que alguien vaya y les saque del closet los esqueletos que ahí guardan?
Añadido (3) ¿Habrán cambiado ya su perspectiva quienes perenemente han calificado a los asociados con esa empresa de comunicación de estar hechos con un material amarillento-cafesoso o, simplemente, mientras lograban la purificación espiritual, fueron procesados con un componente similar al tiempo que eran asimilados como parte de ella?
Añadido (4) Todos andan sobresaltados por la ola de suicidios que se han generado entre gente famosa, mientras los mismos medios masivos que, en México y los EUA, dan las notas sobresaltados han ignorado un trabajo recientemente publicado por una científica mexicana, ella sí real no de las de folletín que aquí inventan, en el cual se encuentra la respuesta al porque de eventos como los que hoy ocupan los titulares de los medios que a toda costa evitan dar a conocer cosas que podrían inquietar a sus lectores. Pero ya sabemos, deja más la venta de alarma que el proveer con información responsable.

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La opinión del estadista sobre la crisis económica mundial de entonces / A de B

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