1

3,559 vistas

Junio 02, 2016 17:38 hrs.

De la Redacción › diarioalmomento.com

Derechos Humanos ›


El trabajo forzoso afecta principalmente a hombres y mujeres en el trabajo doméstico, en la agricultura, la minería y la construcción, sobre todo en América del Norte y Central y el Caribe. El trabajo forzoso es un problema frecuente entre los grupos indígenas de Perú, Bolivia y Colombia. Estas encarnaciones de la esclavitud moderna son frecuentes en las industrias no calificadas con mucha mano de obra, como la agricultura, la fabricación de ropa, la construcción y la minería.

Los hombres jóvenes son particularmente vulnerables al trabajo forzoso. La inversa es el caso de la explotación sexual comercial, donde las mujeres y los niños son más propensos a reportar casos en América del Sur. La explotación sexual es particularmente frecuente entre las comunidades vulnerables, incluidas las grupos transexuales lesbianas, gays, bisexuales y (LGBT) de América central y del Sur, y los niños en los sistemas de bienestar en los Estados Unidos.

El informe concluye que en las Américas hay 2.168.600 personas esclavizaadas, y en España hay un total aproximado de 8400 personas que viven en situación de esclavitud, cifra que aumenta hasta los 45,8 millones de personas alrededor del mundo, 1.243.400 de ellas en Europa.

A través de encuestas efectuadas por Walk Free Foundation, la prevalencia de la esclavitud moderna se puede identificar con más precisión en varios países de las Américas, entre ellos Brasil, Guatemala, México, Chile, República Dominicana y Bolivia.

La pobreza es un factor de motivación que impulsa a las poblaciones vulnerables, poco calificadas, para migrar donde a menudo, a su llegada, son vulnerables al abuso y la explotación. Estas prácticas son evidentes en todo el continente americano, y los países más ricos, como Estados Unidos y Canadá no son inmunes a este tipo de explotación, especialmente en el sector agrícola.

Otros sectores también han sido identificados como de alto riesgo, incluyendo la construcción, la hostelería y el servicio doméstico. Sin embargo, la detección de esta explotación se hace más difícil, ya que un gran porcentaje de las víctimas de la explotación laboral entran en los Estados Unidos con visados válidos, por el que muchas de las víctimas pagaron un promedio de 6150 dólares en honorarios de contratación.

Los casos notificados de la prostitución forzada y la explotación sexual comercial de los niños en toda la región reflejan un complejo patrón de la migración interna y externa. Las mujeres jóvenes y niños migran del campo a las ciudades, o para las naciones más ricas, o en algunos sitios de minería, con la promesa de empleo, pero al llegar se ven sometidos a trabajo forzoso, la servidumbre por deudas y la explotación sexual por parte de su reclutador.

Una ONG sobre el terreno en Perú estima que, en 2010, en una sola zona de minería de oro había aproximadamente 2000 profesionales del sexo, de las cuales 60 por ciento eran niñas.

La explotación sexual comercial de niñas y mujeres es altamente prevalente en México, particularmente en la ciudad de Tenancingo, donde la interacción de los sindicatos del crimen organizado, la disposición de los muchachos jóvenes para convertirse proxenetas captando víctimas, y la coerción a través amenazas violentas se combinan para atrapar a las mujeres y las niñas en un ciclo de explotación sexual.

El reclutamiento también está aumentando en otros estados, incluso en las comunidades rurales en América Central. Las mujeres y niñas de Guatemala, Honduras, El Salvador, México y otras naciones de las Américas son objeto de tráfico por miembros de la familia a los Estados Unidos.

Después de su llegada, el patrón de migración de las víctimas latinas de trata sigue una trayectoria similar a la del tráfico de drogas y armas en los Estados Unidos, debido a la participación de grupos delictivos organizados.

La evidencia anecdótica sugiere que algunas de estas mujeres y niñas son explotados en las industrias que se caracterizan por el predominio de los trabajadores varones; en particular en el sector agrícola, donde los trabajadores agrícolas en los Estados Unidos que sufren explotación tienen una gran demanda de servicios sexuales baratos por por una combinación de aislamiento y ausencia de la familia.
(Periodistas en Español)

VER NOTA COMPLETA

La esclavitud moderna en Iberoamérica

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.