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Noviembre 18, 2018 20:38 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Entretenimiento ›


Debemos recomendar la lectura del suplemento cultural de Milenio, ’Laberinto’, de ayer sábado. En sus catorce páginas escriben escritores y poetas sobre poetas y escritores. Sus pares. Que lo hacen en castellano con prosa clara y sencilla. Como, insistimos, debe ser. Entendible y muy amena. Llena de datos. Felicidades a José Luis Martínez S. su editor.
A Fernando Del Paso hay que llorarlo en castellano; cuando menos mis lágrimas se derraman en castellano nos dice compungido Teodoro Rentería en su Comentario a Tiempo.
Sin su consentimiento, mejor pedir perdón que permiso, reproducimos su comentario en radio Libertas.
Fernando Del Paso, hombre vertical de izquierda, se fue de este tránsito de vida, sin ver pacificado a su amado México y sin saber quién lo sucedería, en este 2018, en el prestigiado laurel literario. Acaba de anunciarse a una poeta uruguaya.
Por ello, y para recordar la impronta de su discurso que pronunciara en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, España, al recibir el Premio Cervantes, la reproducimos porque es un acicate, para el próximo gobierno, precisamente de izquierda y que encabezará Andrés Manuel López Obrador, textual:
’Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar, continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo.
’Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza. Pues bien, me trago esa vergüenza y aprovecho este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de la bautizada como Ley Atenco.
’Una ley opresora que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, el orden público, la integridad, la vida y los bienes, tanto públicos como de las personas.
’Subrayo: es a criterio de la autoridad, no necesariamente presente, que se permite tal medida extrema.
’Esto pareciera tan solo el principio de un estado totalitario que no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza’-por dicho discurso esa afrentosa Ley prácticamente está derogada’.
En otra parte de ese discurso de Fernando Del Paso, más dedicado a su fina prosa, al recordar su nacimiento, afirmó: ’…yo no quería nacer y a veces todavía pienso que no quiero nacer.
Me cuentan que lloré un poco y ¡oh, maravilla!, lloré en castellano: y es que desde hace 81 años y 22 días, cuando lloro, lloro en castellano; cuando me río, incluso a carcajadas, me río en castellano y cuando bostezo, toso y estornudo, bostezo, toso y estornudo en castellano.
’Eso no es todo: también hablo, leo y escribo en castellano’.
Ante tal prodigio de cita, a Fernando Del Paso hay que llorarlo en castellano; cuando menos mis lágrimas se derraman en castellano termina el presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo’
craveloygalindo@gmail.com


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Lágrimas en castellano

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