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Diciembre 08, 2025 10:39 hrs.

Alfredo Contreras Prado › diarioalmomento.com

Justicia ›


Cdmex. - 08 de diciembre.-Detrás de la guerra mediática que Ricardo Salinas Pliego y sus empresas han emprendido contra el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum —con sus estaciones de televisión, sus noticieros, sus influenciadores de nómina y su propio teclado convertido en garrote digital— no solo está la obsesión enfermiza de no pagar los impuestos que debe.
También está la defensa de un privilegio que se mantiene lejos del reflector, pero que es infinitamente más estratégico: el control privado del agua.
Mientras se victimiza como perseguido político y se presenta como paladín de la ’libertad económica’, el todavía tercer hombre más rico de México concentra concesiones de agua que, en un país sumergido en una crisis hídrica permanente, equivalen a poder real, tangible, incontestable.
El escándalo suele contarse a partir del campo de golf en la Bahía de Tangolunda, en Huatulco, Oaxaca: un predio de 85 hectáreas que le fue concesionado durante el gobierno de Felipe Calderón y que Salinas Pliego utilizó como si fuera su jardín privado frente al mar. Cuando la concesión terminó, un decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador lo convirtió en Área Natural Protegida, enlazando dos importantes zonas de selva. Para el magnate, fue suficiente para declarar que el gobierno era ’expropiador’ y ’enemigo de la inversión’.
Lo que nunca dijo es que, aun antes del decreto, ya cargaba con señalamientos por desviar ilegalmente el agua del predio para regar el campo de golf sin contar con una concesión que lo autorizara.
Palemón documentó que la empresa Producciones Especializadas —propiedad del magnate y que fue operadora del campo— obtuvo dos concesiones de agua en Santa María Huatulco, autorizadas por Conagua el 24 de octubre de 2017, que suman 179,045 metros cúbicos al año. Pero esas concesiones no eran para riego: estaban autorizadas exclusivamente para ’acuacultura’, es decir, crianza de peces para consumo humano.
Semarnat llegó a documentar que el riego del ’Campo de golf Las Parotas’ podía consumir diez veces más agua que la utilizada en un día por toda la población de Huatulco. Y aun así, ese no era el problema mayor: apenas era la antesala de algo más profundo.
Banco Azteca: el especulador del agua
El verdadero corazón del imperio hídrico de Salinas Pliego no está en Huatulco, sino en su institución financiera: Banco Azteca, una empresa que no tiene ninguna razón lógica para necesitar volúmenes masivos de agua… salvo si el agua es negocio.
Banco Azteca cuenta con tres concesiones de agua. Solo una es para descarga de aguas residuales. Las otras dos son para extracción directa del recurso en cantidades que no corresponden a ninguna actividad bancaria conocida.
La primera fue otorgada por Conagua en Nayarit, el 29 de junio de 2021: 45 mil metros cúbicos al año, equivalentes a 45 millones de litros de agua. Para un banco.

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Llaman a Salina Pliego acaparador del agua

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