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Marzo 31, 2019 18:22 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Entretenimiento ›


Con toda seguridad, respetado colega Jorge Herrera Valenzuela, el secretario Miguel Torruco Marqués y el subsecretario Humberto Hernández Haddad harán que México vuelva a nivel mundial, entre los 5 países de mayor atracción turística.
Nuestra afirmación, luego de leer tu comentario, que compartimos:
Cuando fue nombrado Miguel Torruco Marqués para ocupar la titularidad de la Secretaria de Turismo, fui, nos dice Jorge, uno de los primeros en aplaudir tal designación.
Se trata de una persona que, desde su juventud, está inmersa en las actividades de servicios turísticos.
A este hombre lo conocen nacional e internacionalmente los empresarios de la hotelería, los restauranteros, los agentes de viajes y los de servicios aéreos.
Además de académico en la materia, fundó en 1976 la Escuela Panamericana de Hotelería y recientemente se desempeñó, con éxito, como secretario de Turismo de la Ciudad de México.
Impulsarán la planificación con la programación de un proyecto nacional de difusión de todo lo que México puede ofrecer al mundo.
A los que vacacionan y desean conocer lugares con historia, buscan disfrutar de los bellos paisajes que nos brinda la naturaleza, saborear los platillos regionales, relajarse en las playas. Les sugieren. Y Jorge los enumera.
Pero antes nos advierte que Miguel Torruco, a quien solo conoce por fotografías, llega a la Secretaria de Turismo en el momento preciso para que México retome el sitio privilegiado en los planes de los turistas europeos, asiáticos, latinoamericanos.
Nos platica que cada uno de los 31 Estados que integran la República Mexicana tiene atractivos que asombran a los visitantes.
Y nos pone como ejemplos La cascada congelada de Hierve el Agua, en Oaxaca, entidad donde aún se conserva El Árbol de Tule, grueso arbusto de múltiples recuerdos.
En la tierra del patricio Benito Juárez, recordado el jueves pasado en el 213 aniversario de su natalicio, la historia está en las ruinas de Mitla y de Monte Albán. Habrá que comer el mole negro, los chapulines y una riquísima tlayuda. Como lo hacíamos nosotros con los compadres Celina y Daniel Bautista. Ah y un mezcal a la una.
Toda la Península Yucateca, con sus zonas arqueológicas y sus tranquilas aguas en Isla Mujeres, ni qué decir de Cancún o de la espectacular Laguna de los 7 Colores de Bacalar e ir a pasear por la hermosa Isla de Holbox, en Quintana Roo.
No podemos perdernos la visita a Mérida, la Ciudad Blanca, y menos no visitar la pirámide de Chichen Itzá y recorrer las zonas de los vestigios de la cultura maya, en Yucatán.
Otro punto de ensueño es la selvática Calakmul, yacimiento arqueológico prehispánico y en Campeche saborear la rica comida en la capital estatal, tomar fotografías de los baluartes, testigos de la ciudad que fue amurallada para librarse de la piratería, de los filibusteros del mar, en lejanos siglos.
Espacio me falta, insiste Jorge Herrera Valenzuela –que entre paréntesis se recupera de un ligero infarto-- para comentarles todo lo que podemos ofrecer al turismo.
’Los uchepos’ de Michoacán, tamales de elote servidos en calientito caldillo de jitomate;
Los tacos de chorizo o de obispo, en Toluca, México. Degustar las cemitas poblanas y en los meses de octubre y noviembre el inigualable mole de caderas que cobró ’nacionalidad’ en Tehuacán, Puebla, aunque se originó en Huajuapan de León, Oaxaca.
Las famosas enchiladas potosinas, el cortadillo en Saltillo (Coahuila), los mariscos de Mazatlán (Sinaloa) y la variedad de platillos con camarones en Tecuala, Nayarit.
En La Perla Tapatía, en la merititita Guadalajara, disfrutar las tortas ahogadas chilosas, medio picantes o en salsa de jitomate.
Por supuesto que a nacionales y extranjeros, la Ciudad de México les espera sus más de cien museos.
Como su hermosa Plaza de la Constitución, rodeada por el Templo Mayor, la Catedral Metropolitana, el edificio del Antiguo Ayuntamiento, la colonial construcción que fue el Palacio del Emperador Moctezuma ocupada actualmente por el Nacional Monte de Piedad y el edificio ubicado entre las calles 16 de Septiembre y Madero, que luce en toda esa extensión una serie de arcos.
El Zócalo, punto de partida para ir a pasear en las canoas del Lago de Xochimilco o abordar un vehículo para salir a Las Pirámides de Teotihuacán.
Después de esa ’´probadita’, comenta que si en verdad el gobierno federal quiere entregar en seis años un México Transformado y está urgido de dinero para realizar sus obras materiales, sociales y políticas, la mina turística debe ser explotada a su máximo.
Hay suficiente material, a lo largo y a lo ancho, para recibir a 20, 30, 40 millones de turistas y despertar a los mexicanos de Yucatán para que conozcan el Norte y a los norteños llevarlos al Sureste.
Abrir los intercambios escolares, motivar a grupos de jóvenes para que transiten por el país y a las familias motivarlas con el mismo propósito.
En fin, Torruco Márquez y Haddad, tienen la oportunidad de lograrlo. Coincidimos con el colega Herrera Valenzuela.
craveloygalindo@gmail.com

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