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Junio 30, 2018 12:40 hrs.

Noé Mondragón Norato › guerrerohabla.com

Periodismo ›


La cultura del fraude electoral aparece como parte inherente a la naturaleza misma del ser humano y de los grupos de interés que lo rodean. Y en México, la historia misma indica que somos un país de tramposos en la materia. Basta con asomarse a los hechos del pasado para confirmarlo.
FRAUDES RESONANTES.- Son cuando menos, seis los fraudes electorales más vistos en la historia de México: 1.- Sin ser reconocida la independencia de México por parte de España, el 1 de septiembre de 1828, el Congreso de la Unión, convocó a elecciones a las legislaturas de los Estados. Porque el ciudadano común no tenía derecho al voto. Se renovarían presidente y vicepresidente de la República. Ganó Manuel Gómez Pedraza. Y en segundo lugar, apareció Vicente Guerrero Saldaña, del Partido Liberal. Este último asestó un manotazo electoral y obligó al Congreso de la Unión a que anulara esa elección. Así, Guerrero quedó al frente de la presidencia. Y en la vicepresidencia, designó a Anastacio Bustamante, del Partido Conservador. A la postre y apoyado por España, Bustamante operaría un Golpe de Estado en contra de Vicente Guerrero, que derivó en su captura, prisión y muerte. 2.- En 1908, el dictador Porfirio Díaz Mori, concedió una entrevista al periodista canadiense, James Creelman, que se publicó en la revista británica Pearson’s Magazine. Admitió que ’México ya está preparado para la democracia’. Había gobernado el país 34 años consecutivos. Pero en la elección presidencial del 26 de junio de 1910, aplastó literalmente al Partido Nacional Antirreeleccionista, y a su candidato Francisco I. Madero. Le concedió 196 votos. Mientras que el propio Díaz, se ubicó con 18 mil 625 sufragios. Y convocó a los demonios de la Revolución, que terminaron expulsándolo del país. 3.- La elección del 7 de julio de 1940, dejó entrever el rostro violento y autoritario de quienes consumaron el fraude electoral. Incluido el presidente Lázaro Cárdenas del Río, quien ese día envió a sicarios con metralletas Thompson. Dispararon contra las personas que votaban en las urnas. El cruento saldo en la capital del país, fue de 30 muertos y 158 heridos. Los resultados oficiales le dieron casi el 94 por ciento de los votos al candidato oficial del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) –hoy PRI-, Manuel Ávila Camacho, contra el 5.7 por ciento obtenido por el opositor Juan Andrew Almazán, del Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN). Los seguidores de Almazán llegaron al extremo de intentar tomar las armas, mientras éste pedía apoyo al gobierno de los Estados Unidos. Al final, el presidente Franklin Delano Roosevelt, se lo negó porque no deseaba otra guerra civil en México. Y por la cercanía de la segunda guerra mundial contra la Alemania de Hitler, decidió apoyar al gobierno de Cárdenas y de su sucesor fraudulento, Ávila Camacho. 4.- El ex presidente Miguel Alemán Valdés –que le cambió el nombre al PRM y engendró al PRI-, intentó reelegirse a través del regente capitalino, Fernando Casas Alemán. Encontró la resistencia del ex presidente Lázaro Cárdenas, quien apoyó inicialmente, a un opositor muy fuerte en la elección del 6 de julio de 1952: Miguel Henríquez Guzmán, postulado por la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM). Fue una elección muy competida. Pero el resultado reflejó de nueva cuenta, que el PRI no estaba dispuesto a ceder el poder presidencial. La votación arrojó el 74.32 por ciento de los votos para el candidato tricolor, Adolfo Ruiz Cortines, contra el 15.88 por ciento obtenido por Henríquez Guzmán. El discurso para descalificar a la oposición –el cual alcanzó al sindicalista y contendiente presidencial por el Partido Popular (PP) de su propia creación, Vicente Lombardo Toledano-, fue simple: eran ’candidatos del comunismo y la reacción’. Y también, fueron reprimidos. 5.- Seis años después, surgió el primer opositor real del PAN en la contienda presidencial: Luis H. Álvarez. En la víspera de la elección del 6 de julio de 1958, su campaña es acosada y hostigada por el gobierno federal del priísta, Adolfo Ruiz Cortines. Lo apresan y amenazan de muerte. Sufre atentados. Se opera un fraude escandaloso en el que desfilaron un rosario de trampas electorales, muchas de ellas, vigentes: electores con varias credenciales votando de casilla en casilla a favor del candidato oficial; clausura de las mismas sin previo aviso; apertura de otras en lugares inhóspitos y alejados; repartición a discreción, de credenciales de elector el día de la jornada comicial; expulsión de representantes de casilla de la oposición. Y casillas donde votaba quien quería, sin credencial y sin padrón. Por supuesto, el ganador fue el candidato del PRI, Adolfo López Mateos, quien alcanzó el 90.43 por ciento de los votos, contra apenas el 9.42 de Luis H. Álvarez. 6.- La ’caída del sistema’ operada desde la Secretaría de Gobernación, convertida en Comisión Federal Electoral –similar al hoy INE-, frustró el arribo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, como el primer presidente opositor, en la elección del 6 de julio de 1988. Postulado por el Frente Democrático Nacional (FDN), Cárdenas sucumbió a ese espantoso, cínico y descarado fraude electoral. En los hechos, ganó aquella elección. Pero el presidente Miguel de la Madrid, consumó la imposición de Carlos Salinas de Gortari. ¿Acaso se repetirán esas mismas historias negras de la política electoral mexicana, en los comicios del próximo domingo 1 de julio?

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Los fraudes electorales históricos

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