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Diciembre 08, 2025 00:02 hrs.
Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com
Política ›
El sexenio pasado sirvió, entre otras cosas, para revelar a uno de los políticos más polémicos de nuestra historia, pero por su orientación torcida a destruir todo lo que apareció en su camino, con la mentira de hacer exactamente lo contrario.
Con la insistencia mendaz de su amor sin paralelo a esa parte del pueblo más débil por ignorante y pobre, que hoy muere por él, por agradecimiento. Por creer que el dinero que le da el gobierno sale de la bolsa del embustero.
Su administración y la de su heredera han sido las más parecidas a las de otro presidente que bien semeja a un pariente pasado.
A Santa Ana, el primer mandatario visiblemente tocado por el narcisismo. Cuando agonizaba, preguntó a su hermana: ’
¿Cuántos hay en la sala de espera?
La hermana contestó con lástima. ’está llena’. El veracruzano ordenó secamente: ’¡que esperen!’.
El macuspano cree fehacientemente que es indispensable para México.
Que lo que toca queda impregnado con su efluvio divino y que la gente se paraliza ante su presencia celestial.
Engañada por el poderoso olor a azufre y los destellos de sus ojos rojos.
Aseguran que el diablo es el mejor engañador.
La herencia quedó impresa en una inteligencia más débil aún.
En la que hoy gobierna con palabras repetitivas de que las cosas ya cambiaron. Miente al intentar decir que para bien y dichas palabras representan una dualidad en la que los más desprotegidos le aplauden por ignorancia y los más sensatos rechazan por absurdas. Aunque aceptan que efectivamente cambiaron, pero para mal.
Ardida profundamente por el evidente éxito de la marcha convocada por los jóvenes de Generación Z, que conjuntó a miles de mexicanos que acudieron al Zócalo imbuidos por sus mismas convicciones, ideó una en desagravio con el pretexto de la llegada de la 4T al poder, hace siete años.
Curiosamente, en esta ocasión no hubo vallas alrededor del Zócalo, en donde ondeaban banderas anteriormente repartidas a los asistentes acarreados de todos los rincones de nuestra República, misma enseña tricolor concebida con los colores de una sandía, que los gobiernos morenistas, pasado y presente hicieron de su propiedad.
¿Por qué no mejor idean una nueva a partir del zapote prieto, para estar a tono con sus intenciones?
¡Qué falta de ingenio!
También cabe preguntar: ¿por qué no invitaron en esta ocasión a sus hermosos granaderos y policías armados con todo? ¿Hasta con chile piquín, con disparos de pimienta y gases lacrimógenos?
Se les olvidó asimismo engalanar el centro de la ciudad con los poderosos hombres de negro, invitados la ocasión anterior para ahuyentar a extraterrestres colados, que nunca faltan.
Y todo esto, obviamente procura a los mandatarios, remoto y presente, una felicidad extraordinaria. Tienen que pagar millones de pesos para conseguirla. Porque enviar, por ejemplo, 80 camiones a Chiapas para traerlos atestados de gente, por 800 pesos entregados a cada uno, con pagos de alimentos y alojamiento y con otros gastos, debe costar bastante.
No es lo mismo hacer una marcha en cada ciudad importante del país, como lo hizo Generación Z y los ciudadanos por su propia voluntad, que llevarlos al centro de la República a fuerzas.
Inclusive con amenazas a muchos, de perder sus trabajos en el gobierno.
¿Qué es lo que quiere la señora? ¨Pues hacer ver a sus enamorados que su peso es extraordinario.
Pero al mismo tiempo, esta farsa debe procurarle un gran bienestar, aunque no deje de ser una farsa.
La mentira ha sido un arma muy potente para los dos gobiernos morenistas. ¿Por qué entonces no disfrutar de sus propias falsedades o lo que es lo mismo, engañarse a sí mismos y gozar de sus mismas patrañas? Bueno. Eso es lo que en realidad hacen. Quizá así procuran tranquilidad a su narcisismo.
Pero en el fondo, qué tristeza que alguien tenga que pagar por sentirse querido.
Por escuchar que le gritan ¡pre-si-den-ta! Por escuchar todas las alabanzas que se le ocurran y con sólo ordenar a sus esbirros, para que den la orden.
En realidad, el corazón de la señora debe estar vacío y seco.
ariosruiz@gmail.com
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