Meade, santo o héroe

Ya lo dijo el eterno aprendiz de canciller, Luis Videgaray, que el liderazgo de José Antonio Meade le ha dado a México rumbo, estabilidad y claridad en las decisiones de la política económica.

Es decir que en 14 meses que ha estado al frente de la secretaría de Hacienda, Meade ha hecho verdaderos milagros. Es decir, que por esos meses en la dependencia lo hacen merecedor de denominarlo líder, y ¿por qué no? Un auténtico santo por salvar la economía del país que nunca ha estado peor.


Es decir que el rumbo la estabilidad y la claridad en la economía no se debe los salarios, uno de los más bajos del mundo, ni a la sobreexplotación de los energéticos, ni ala venta de la industria eléctrica sino al talento del próximo cándido del PRI a la presidencia d e la república, seguramente palomeado por el propio Videgaray, quien ejerce el poder tras el trono.


Pero como es hora del predestape el secretario de relaciones Exteriores no se mide a la hora de alabar a su amigo de la adolescencia y de una vez anunció que Meade es uno de los mexicanos más talentosos y preparados en el país.



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Agregó que el actual titular de Hacienda tiene una trayectoria impecable, además de haber sido protagonista de una de las transformaciones de la política pública en México en las últimas décadas.

Es decir, que pasado, presente y futuro estuvieron en manos de Meade y ningún mexicano lo sabía. Verdad que vino a develar su amigo, padrino y protector, Luis Videgaray, para quien los adjetivos le habían parecido pocos y arremetió de nuevo tratando de darle relevancia a la imagen de Meade, de quien dijo que es el único mexicano junto con Plutarco Elías Calles en ocupar cuatro secretarias distintas en dos gobiernos diferentes, y que hoy conduce con inteligencia, disciplina, patriotismo y visión de Estado la política macroeconómica de México.

Y así siguió hablando de su gran amigo en honor al compadrazgo que ha caracterizado al PRI desde su nacimiento, ante embajadores y políticos de otras latitudes, que no votarán pero serán los encargados de dar su anuencia para ungir a Meade como candidato del tricolor a la Presidencia de la República.

El PRI se ampara en la desmemoria de los mexicanos, que basa en el desconocimiento de su propia historia, porque si alguno de ellos, principalmente Videgaray, conociera los discursos de sus antecesores, se diera cuenta de que su discurso es producto de plagios reiterados cada seis años y que no muestra actualización alguna y menos aún razón de ser.

Tratar de ganar las elecciones atraen puesto político más importante del país implica conocer la rancia rutina de un partido que lucha denodadamente por el cambio de cara e imagen sin transformar su esencia.

Los adjetivos en política son explicaciones de lo innecesario y muchas veces intentan cubrir los defectos que ocultan en las campañas pero que se hacen evidentes en el ejercicio del poder.