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Abril 27, 2018 20:52 hrs.
Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com
Entretenimiento ›
Cuando Dios creó al perro le dijo: "Siéntate todo el día junto a la puerta de tu casa y ladra a cualquiera que entre por delante. Por esto te daré una vida útil de veinte años." El perro respondió: "Eso es demasiado tiempo para ladrar ¿Qué te parece tan sólo diez años y te devuelvo los otros diez?" Y Dios dijo que le parecía bien. Cuando creó al mono, le dijo: "Entretén a la gente, haz trucos, y hazles reír. Por esto, te daré una vida útil de veinte años."
El mono dijo: "Monerías durante veinte años es mucho tiempo ¿Y si te devuelvo diez años como hizo el perro?"
Y Dios dijo de nuevo que le parecía bien. Cuando creó a la vaca le dijo: "Debes estar en el campo con el agricultor durante todo el día, trabajar bajo el sol, tener terneros y dar leche para apoyar a la familia del agricultor. Por esto te daré una vida útil de sesenta años." La vaca dijo: "Es una vida muy dura para vivirla durante sesenta años ¿Qué hay de veinte años y te devuelvo los otros cuarenta?" Una vez más Dios pensó que la solución era buena. Cuando Dios creó al hombre, dijo: "Come, duerme, juega, y disfruta de la vida. Por esto, te daré veinte años." Pero el hombre se inconformó, como siempre y le dijo: "¿Sólo veinte años? podrías darme mis 20 años, más los 40 que la vaca te devolvió, los diez del mono, y los diez que el perro te devolvió. Son ochenta en total ¿Estás de acuerdo?" Dios lo estuvo.
Y está es la razón por la que durante nuestros primeros veinte años comemos, dormimos, jugamos y disfrutamos de nosotros mismos. Durante los siguientes cuarenta años, debemos trabajar y mantener a nuestra familia como la vaca. Durante los siguientes diez años hacemos monerías para entretener a los nietos. Y durante los últimos diez años, nos sentamos en el porche de casa y ladramos a todo el mundo. Por eso te pedimos que lo medites
craveloygalindo@gmail.com
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