Obviamente este Gene Perret (escritor gringo de comedia, trabajó primero como ingeniero en electrónica en General Electric) sabe algo del asunto: “Una hora con tus nietos puede hacerte sentir joven otra vez. Más tiempo que ese te hará sentir que envejeciste rápidamente”, “Desearía tener la energía de mis nietos, aunque no sea más que para defensa personal”, “Los nietos no permanecen jóvenes para siempre, lo cual es bueno porque los abuelos tienen un límite de fuerzas”, “¿Sabes de dónde sacan su energía los nietos? La extraen de sus abuelos”, “En el séptimo día, el Señor descansó; sus nietos han de haber estado fuera de la ciudad”, “¡Qué baratos son los nietos! Les doy mis monedas y ellos me dan millones de dólares de placer”, “Mis nietos creen que soy la cosa mas vieja del mundo; después de dos o tres horas con ellos, yo también lo creo”, “Los nietos son las únicas personas que te pueden sacar más dinero que los funcionarios de Hacienda”.

PRIMERA GUERRA MUNDIAL
A propósito de mi catastrofista Buhedera “Viacrucis”, me dice un queridopaisano que vive en Suiza: “Acabo de ir a despedir a mi hijo a la estación de ferrocarril. Al ver desaparecer su tren, recordé cómo hace 100 años, los papás despedían a sus hijos para mandarlos al frente. Iniciaba la 1a Guerra Mundial. Las elites mandaban decenas de miles de jóvenes al frente. Los mandatarios, pensando que la tecnología estaba de su lado (uso del tren, ametralladoras, armas químicas) juraban que la guerra sería corta. ¡Se equivocaban! La guerra fue fatal y decenas de miles de jóvenes murieron como ratas en las trincheras. Tan sólo el 22 de agosto de 1914 murieron 27,000 soldados franceses. La ambivalencia Bismarckiana faltaba, y en su lugar estaba ahora el Kaiser Guillermo, un auténtico idiota y belicista que soñaba con la guerra. Pero no era el único: Astro-Hungría, Francia y Rusia también fueron actores clave. El revanchismo imperaba. Hoy, 100 años más tarde, las elites juegan no con trenes ni ametralladoras ni gases mostaza, sino con los agregados monetarios, los paquetes de estímulo, el QE. Todos los bancos centrales saben cómo inyectar liquidez al sistema, mas nadie sabe cómo retirarla. Mi sospecha es que estas inyecciones masivas generarán alzas severas de precios, mayores tasas de desempleo a futuro, mayores impuestos y bajo crecimiento. Y esta vez el ser neutral no ayudará a Suiza, como ocurrió en 1914.” Le respondo: sí, pobres idiotas esos líderes de pacotilla. Así terminaba una era de oro (la Belle Époque), que estaba destinada a ser el preludio de un tiempo glorioso. Los malosos (¿elitistas, otra raza alien secreta?) no querían eso, complotaron sabotearlo… y los imbéciles humanos nos dejamos llevar gozosos al remolino, llenos de pasiones nacionalista y demás pendejadas. Esas dos dizque guerra “mundiales”, fueron en realidad guerra europeas (con algunos invitados, como EU a los postres, que en ambos casos entró ya al final, cuando los beligerantes principales estaban exhaustos). La primera guerra, en particular, fue peor que una guerra civil: fue una guerra familiar, entre primos (todos los monarcas europeos estaban emparentados entre sí, igual que hoy). Y sí, otra vez las elites lacayas de los malosos se aprestan a meternos en ooooootro remolino, ahora más grave y destructor. Ya no nos tragamos tan fácilmente las pasiones usuales de “patriotismos” y demás, por lo que ahora los malosos recurren a otra emoción primitiva y fuerte: el miedo. Las elites de ayer fueron simplemente imbéciles; las de hoy son perversas. Y sí, me temo que esta vez no habrá rincón “neutral” que valga. Y sí, me parece que las nuevas generaciones la tendrán ardua, por decir lo menos. Esta dizque “tercera” guerra mundial en realidad será la primera verdaderamente mundial. Pero, bueno, ya sabemos que los militares siempre nos hacen esta promesa infame: “Esta próxima guerra será la última; la guerra para terminar con todas las guerras”. Como dice el Monchi: que Dios nos coja confesados.

OOOOOOMMMMMM
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