DF, capital de crimen organizado

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Abril 22, 2014 09:46 hrs.

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Periodismo Municipios › Ciudad de México / Cuauhtémoc


La captura en la Colonia Condesa de Arnoldo Villa Sánchez, segundo del cártel Beltrán Leyva, confirma que el Distrito Federal es el centro de operaciones de las mafias, aunque su gobierno lo niegue e intente hacer creer que es una isla en un país infectado por el crimen organizado.

La Comisión Nacional de Seguridad informó que el mafioso Villa Sánchez (a) Érick René Calderón Sánchez fue detenido porque una indagación de la PGR lo señala como segundo del cártel de Héctor Beltrán Leyva (a) El H.

Bajo el perfil de alto ejecutivo –disfraz empleado por su mafia—desde el DF abarcaba el Edomex, Tlaxcala, Guerrero, Puebla y Chiapas, y se desplazaba a Tlaxcala, Puerto Vallarta, Acapulco y Cancún.

Como supuesto jefe de una compañía élite de seguridad de Jalisco, que vende protección, efectuaba juntas de trabajo, bajo estricto aparato de seguridad, en hoteles de lujo de Jardines del Pedregal, Colonia del Valle y Condesa.

Confirma al DF como centro de acción de los cárteles que este año hayan detenido aquí a 4 operadores clave y 3 ayudantes financieros y decomisado 4 millones de dólares, y desde 2005 a 13 capos, incluso colombianos, con 20 cómplices, que convirtieron la ciudad en su residencia y capital de negocios delictivos.

En enero la Comisión Nacional de Seguridad aprehendió a Domingo Suárez Lacoix, lugarteniente del Cártel del Golfo.

Ese mismo mes la Secretaría de Marina detectó en la calle Ometusco de la Colonia Hipódromo Condesa una casa de los Beltrán Leyva y aprehendió a Francisco Javier “N” y Erick “N”, que trasegaban a EU cocaína, precursores y metanfetaminas y a Los Caballeros templarios en Michoacán.

Es frecuente que capturen a narcos, y aun a capos en el DF, que también es paraíso del narcomenudeo, que se han extendido exponencialmente; lo que tampoco extraña porque el delito salta por doquier; con decir que hasta a quienes representaron el Viernes Santo el Viacrucis en el Zócalo les robaron sus pertenencias, y eso que estaban en el recinto sacro de la Catedral Metropolitana, donde opera un banda de carteristas, precisamente frente a la oficina de Miguel Ángel Mancera

Tales resultados desmienten con contundencia al gobierno de Miguel Ángel Mancera que niega que los cárteles viven y operan en el DF; como Marcelo Ebrard, que se hizo pasar por “el mejor alcalde del mundo” y hoy arrastra el desprestigio de ser el peor por el fracaso de la Línea 12 del Metro, su obra cumbre, y por sus descarados negocios en obras públicas, taxis y autobuses piratas, parquímetros, ecobicis y demás.

La capital del país ha tenido que soportar la serie de gobiernos perredistas de relumbrón, que ocultan los problemas sin encararlos y con publicidad, desde Cuauhtémoc Cárdenas, que se dedicó a nadar de muertito para no quemarse para su tercera intentona para llegar a Los Pinos; López Obrador, dedicado a preparar su primera campaña presidencial; Ebrard a cuidar su imagen política y a los negocios, y Mancera, que sigue sus huellas.

Si a eso agregamos que gobernadores perredistas como Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy, auspiciaron in crescendo las mafias en Michoacán y saquearon su erario (sobre todo Leonel) y que Ángel Aguirre Rivero no da una en Guerrero; que Narciso Agúndez Montaño, impuesto por su primo Leonel Cota Montaño (favorito de El Peje) depredó Baja California Sur; se concluye que han sido nefastos los gobiernos del PRD.

Ya ni para qué tratar de analizar las gestiones de los alcaldes y diputados locales, si en el DF vemos delegados acusados de extorsión y de que en sus jurisdicciones abruma la corrupción, ni a la Asamblea Legislativa, dominada por Bejarano, dada a proteger a los anarquistas y agitadores y a escamotear millonadas etiquetadas a becas estudiantiles.

En cuanto a los senadores y diputados federales del PRD baste decir que se dijeron autores del Pacto por México, pero lo abandonaron cuando ya no satisfizo sus intereses y eximieron al PRI de cumplir los compromisos que los tres actores (gobierno, PAN y PRD) habían contraído con los mexicanos, y lo dejaron mostrenco.

Sin contar los pelitos interminables entre sus mafias, que dividirán a la izquierda en definitiva, pues El Peje sólo busca hacer a Morena su negocio y que sea su palanca para su tercera aventura presidencial, y Los Chuchos no sueltan el control perredista; mientras las tribus pequeñas van tras las migajas de ellos.

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