Al Carajo

Carlos Ravelo Galindo

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Septiembre 01, 2014 11:38 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Política Nacional › México Ciudad de México


Tiene razón Manlio Fabio Beltrones, uno de ellos, de responder a los desatinos en que, otra vez, incurrió Felipe Calderón Hinojosa al hablar de su gestión presidencial, la que careció de imaginación y visión. Le recuerda que “la Presidencia se logra con audacia y arrojo. Y la ex presidencia se deberá vivir con respeto, decoro y prudencia”. Zas…Lo invita a la humildad. A quedarse callado, porque el pueblo, en dos mil doce, respondió a su torpeza y lo mandó, con todo respeto, sin ofensa, “al carajo”, palabra que define toda la gama de sentimientos humanos y todos los estados de ánimo. Al respecto nos ilustra la Real Academia Española sobre tal palabra, un adjetivo calificativo, con la que se nominaba a la pequeña canastilla que se encontraba en lo alto de los mástiles de las carabelas (navíos antiguos) y desde donde los vigías oteaban el horizonte en busca de señales de tierra. El carajo, dada su ubicación en un área de mucha inestabilidad (en todo lo alto de la embarcación) es donde se manifiesta con mayor intensidad el movimiento lateral de un barco. También, era considerado un lugar de "castigo" para aquellos marinos que cometían alguna infracción a bordo. El castigado era enviado a cumplir horas y hasta días enteros en el carajo y cuando bajaba lo hacía tan mareado que se mantenía tranquilo por un buen par de días. De allí viene la célebre expresión “mandar al carajo"
La palabra define, reiterémoslo, toda la gama de sentimientos humanos y todos los estados de ánimo. Cuantas veces, al apreciar que una cosa es buena o te gusta, no has exclamado: "esto está más bueno que el carajo”. Si te habla un extranjero y no entiendes lo que dice, le preguntas al intérprete: "¿Qué carajos es lo que dice?" Si te molestas con alguien lo mandas para el carajo. Si algo te importa poco, “Te importa un carajo”. Pero, si ese algo te importa mucho, entonces “Te importa más que el carajo”. También, son comunes estas expresiones: Esa mujer está más buena que el carajo...Ese hombre es más bueno que el carajo. Este tipo vive más lejos que el carajo.
No hay nada que no se pueda definir, explicar o enfatizar sin añadir un “carajo”. Si la forma de proceder de una persona te causa admiración entonces lo dices. Si un comerciante se siente deprimido por la situación actual de su negocio, como hoy ocurre, exclama, si esto sigue así: “Nos va a llevar el carajo”. Cuando uno se encuentra con un amigo que hace mucho tiempo que no ve, le saluda así: Qué es de tu vida, ¿Dónde carajos te habías metido? Por eso te envío este saludo del carajo, y espero que su contenido te agrade más que el carajo. Y deseo, que tus metas y objetivos se cumplan y que tu vida, ahora y siempre esté más buena que el carajo. Y si disfrutas algún momento, espero que la pases sumamente “bien”. Carajo.
Corolario: A partir de este momento podremos decirlo con un poco más de cultura y autoridad académica. La cultura, no hace daño. Y si te nutre. Pero, lo entenderá don fecal.
craveloygalindo@yahoo.com.mx

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