BUHEDERA: Golfistas

Guillermo Fárber/

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Septiembre 02, 2014 15:41 hrs.

Guillermo Fárber/ › todotexcoco.com

Periodismo Estados › México Ciudad de México


Un cura, un médico y un ingeniero estaban una mañana jugando al golf. Delante de ellos iba jugando otro grupo de golfistas bastante lento, por lo que todo el rato tenían que estar esperando. “¿Qué pasa con estos tarados?”, se queja el ingeniero. “¡Debemos de llevar esperando 15 minutos!” “No sé, pero nunca he visto tanta ineptitud”, murmura el médico. “Aquí llega Luis, el jardinero”, dice el cura. “Vamos a preguntarle. Hola, Luis, oye, ¿qué pasa con ese grupo que va delante de nosotros? Son un poquito lentos, ¿no?” “Oh, sí, es un grupo de bomberos ciegos”, contesta el jardinero. “Perdieron la vista al intentar salvar de las llamas la sede de nuestro club el año pasado y, en compensación, les dejamos jugar siempre gratis.” El grupo se queda callado un momento. “Qué triste”, dice finalmente el cura. “Rezaré una plegaria especial por ellos esta noche.” “Yo intentaré contactar con un colega mío que es oftalmólogo para ver si se puede hacer algo por ellos”, añade el médico.Y gruñe el ingeniero: “¿Y por qué chingados no juegan de noche?”
EL DESAFÍO
A propósito del comentario rudo pero lógico del ingeniero, yo recuerdo aquella anécdota en que Charles A. Boswell, un golfista ciego famoso (1916-1995; el golf para ciegos es un deporte organizado desde hace más de 70 años), retó al campeón absoluto de aquellos días, no ciego, el célebre Ben Hogan (1912-1997), a una ronda con apuesta de mil dólares por hoyo y sin hándicap. La cita del desafío –decidió Boswell una vez que Hogan había aceptado el desafío— sería ese mismo día, en ese mismo campo… a las diez de la noche.

LA VIDA
La vida sólo puede entenderse volviendo la vista atrás, pero sólo debe vivirse con la vista puesta hacia adelante.

D(ET)ONACIÓN DE ÓRGANOS
De pronto se lanza una campaña de radio para concienciar (la versión más “correcta” de “concientizar”) al público en general sobre la importancia de la donación de órganos en el funcionamiento de una sociedad fraterna y solidaria. Pero se me hace que los primeros que deben ser concienciados son los hospitales, no tanto los posible donadores. Lo digo porque cuando mi hijo cayó en coma irreversible tras una accidente de tránsito en 2003, yo tuve esta amarga experiencia. Apenas dos horas después del golpazo fatal, Esteban ya estaba internado en el hospital, en un quirófano de urgencias. Luego lo pasaron a piso (porque ya no había nada que hacer, supimos luego, pero entonces se nos había hecho creer que había todo por hacer). Cuando le comenté al doctor de guardia que Esteban traía en su cartera una tarjeta en la que autorizaba la donación de sus órganos, el médico me respondió tranquilamente que ya no tenía caso porque sus órganos estaban inservibles. Me quedé de una pieza. ¿Cómo que sus órganos no servían? Era un joven de 25 años, víctima de un accidente, sin más vicios que fumar (le mandé hacer examen toxicológico en cuanto ingresó al hospital). En pocas palabras, un donador “ideal”. Pero el médico me explicó que las drogas que le administraban para fingir curvas “normales” en los monitores del cuarto, le había pulverizado sus órganos. ¿O sea, entendí con asombro y rabia, que lo estaban matando a plazos para mantenerlo con “vida” artificial un tiempo más y así poder seguir cobrando el seguro de gastos médicos por hora? ¡¡¡No lo podía creer!!! Impidieron la donación de esos órganos que habrían podido salvar varias vidas, porque los d(et)onaron en aras de mantener andando su taxímetro. Qué triste. No quiero saber el karma gigante que cargó en su espíritu quien en el hospital tomó esa decisión criminal de sacrificar varias vidas (las que habría podido salvar Esteban) con tal de cobrar tres pesos más.

POR EL FORO DE TRAJANO
La presentación de este libro la organizó Abraham García Ibarra en el Club de Periodistas. Este libro es el segundo de relatos del paisano Jorge Guillermo Cano y hay que saborearlo con calma. Contiene 23 relatos, a cual más fascinantes. Sin duda el paisano Cano está en plena madurez narrativa. De veras te recomiendo el volumen.

OOOOOOMMMMMM
Recuerda meditar cuantp puedas, cuando puedas.
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