Decenas de miles de quejas por aclaraciones en actas de nacimiento

Manuel Ángel Venegas Gómez

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Septiembre 23, 2014 22:14 hrs.

Manuel Ángel Venegas Gómez › diarioalmomento.com

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Miles de horas-hombre y/o mujer se tienen que perder por errores de empleados del Registro Civil capitalino, ya que por culpa de ellos, una cantidad impresionante acude cada día a aclarar erratas que contienen los datos capturados en ese documento oficial súper importante hoy en día, en donde el defeño tiene que acudir y formar interminable fila para poder acceder a dicha cartilla y ya con ella leerla con atención y descubrir que tiene cambiado desde el nombre hasta los apellidos del interesado.
Si se da cuenta uno en el momento, pues se tiene que formar en la ventanilla “Corrección de extractos”, y ahí le llenan a uno una pequeña hoja donde anotas los errores que le encontraste a tu acta, después a esperar que se hagan las correcciones y ya con ellas te mandan a hacer otra fila en “Atención ciudadana”, donde se quedan con tus documentos: si eres madre y/o padre, dejas el acta de nacimiento, tuya y la del hijo/a para que puedan ellos cotejar la veracidad del parentesco, para ello ya te quitaron el acta original, la del padre o madre y la del interesado que se presentó, y además, tienes que irte a formar otra vez para sacar lo que originalmente ibas a corregir solamente.
Pero ¿qué crees?, ahora tu acta tiene el costo original, o sea $58.00 para que te la den, pero ya sin errores, aducen los empleados. Desde luego que ante la estúpida actitud, asumida por los empleadillos, que supuestamente están para orientar al causante, esto allí no aplica, porque en forma por demás majadera y prepotente te dicen que tienes que volver dentro de cuatro días, como fue nuestro caso. Ante tal actitud, pedí me informaran a dónde me tenía que dirigir para exponer algunas consideraciones y también interponer una queja por la mala atención y supina ignorancia mostrada por empleados que capturan los datos en esos documentos.
En forma despectiva, haciendo un ademán, me indicaron que subiera al segundo piso y ahí “se puede quejar lo que quiera”. Y, efectivamente, enfrente de esa dizque ventanilla, está la escalera de acceso y siguiendo las “flechas” se llega al mostrador donde dice Dirección General, un par de empleadas, y al fondo un escritorio que ocupa un joven, una de las empleadas me indica “qué es lo que quiero”, le expliqué, y ni tarda ni perezosa me tiende una cuartilla que me explica debo llenar y luego de “eso ya se le atenderá, en cuanto llegue la licenciada”.
Después de elaborar la queja por escrito, me tocó que el joven del fondo me atendiera, unos 20 minutos después, ahí me presenté. Y él a su vez hizo lo mismo. Soy el licenciado Alberto Sierra Mondragón, asesor del director general.
--Mire, licenciado, en realidad son dos quejas: una, por la pésima atención que tienen los empleados de la ventanilla de “Atención ciudadana”; y la otra, es que me parece ilógico que después del registro de un bebé existan cambios sustanciales, de hecho, ya no hay cambios, como es el nombre del infante registrado, el nombre de los padres, abuelos, direcciones, vamos ni en el de los testigos, por lo que no veo un razonamiento lógico para que ustedes tengan que expedir una nueva “acta de nacimiento”, si ésta va a contener los mismos datos que se consignaron desde el juzgado primitivo. ¿Por qué tener que perder tiempo y dinero para acudir cada año para sacar una acta “actualizada”? Acaso, va a cambiar algún dato, aunque algunos de los padres haya fallecido, no es necesario su asentamiento en el documento en cuestión.
--Le contesto --dijo el licenciado Sierra Mondragón--, mire usted, lo del vencimiento del acta, no es cosa de nosotros, sino son políticas de las empresas que consideran que ese documento tiene una caducidad.
--¿No cree, licenciado, que un documento original debe tener más valor que una “copia reciente”, digo?
--Desde luego –contesta el asesor— yo aquí le acepto una acta de 1950, sin ningún problema y con toda la validez del caso. Pero en oficinas gubernamentales y de empresas quieren un documento reciente, copia certificada, desde luego.
--Ya me cayó el 20, de modo que si yo tengo como fue el caso una copia original, pero por razones que ahora ignoro, se le pide a mi hija que tiene que traer una “copia certificada reciente”, motivo por el cual se generaron los errores que hago alusión en mi queja, si no hubiera sido por esa actitud de la empresa no perdemos más dos semanas en aclaraciones respecto a la necesidad del acta. Porque fue aquí donde se cometieron las erratas, por no saber leer y/o por no poner la debida atención al momento de mecanografiar los datos.
--Por eso, me contestó el abogado, si nosotros cometimos el error, después de la corrección de datos, se le entrega la copia ya sin errores y esa no tiene costo para usted…
Interrumpo a mi interlocutor, para aclarar mi presencia ante él.
–Por eso, señor, estoy aquí, no solo por la pésima atención de que fuimos objeto por los empleados de la ventanilla, sino porque me dijeron que ahora tengo que pagar, nuevamente, los derechos que se cobran como si fuera una acta normal. Cosa que no estoy de acuerdo, ya que los que originaron el problema fueron ustedes y no nosotros, por lo tanto ¿por qué vamos a pagar por los errores que ustedes incurrieron y no me parece correcto que sea el ciudadano el que tenga que volver a desembolsar dinero por un servicio que debe ser de calidad? Además, me parece increíble que si uno viene a sacar “una copia fiel” se equivoquen y se tenga que perder tiempo, otra vez, y lo que más molesta es tener que pagar por errores cometidos por ustedes, al no saber LEER CORRECTAMENTE datos que aquí mismo capturaron.
--Mire usted, señor, cuando descubrimos que hay más errores en el documento, por lógica se tiene que cobrar ya por el otro documento, pero me parece bien que ingrese usted la queja para que la atienda la licenciada del Jurídico. Y al decir eso, le pide a una de las empleadas que “pongan el número de folio en la queja”.
Se me asigna el 00145726, haga sus cuentas, amigo lector, y en “diez días hábiles viene conmigo para darle seguimiento a su queja”, acota el asesor del director general del Registro Civil.
Mientras tanto, el acta de nacimiento de mi hija reposa el sueño de los justos, ya que hasta entonces no podrá presentar dicho documento ante el Instituto Nacional Electoral, para poder sacar su credencial, el otro documento que sin él, pues nomás no puedes acceder a tu salario y hasta no tener su “copia fiel del acta” que sea reciente no tendrás ninguna identificación y en este momento aunque tengas una copia ORIGINAL de dicha cartilla no es válida, por lo tanto careces de identidad oficialmente, ¿qué tal?

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