Preguntas sin respuesta

Carlos Ferreyra/

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Octubre 20, 2014 11:07 hrs.

Carlos Ferreyra/ › todotexcoco.com

Periodismo Estados › México Ciudad de México


Una serie de misterios se ocultan atrás de los hechos de Iguala, nunca entenderemos las razones del ocultamiento de cuestiones que saltan a la vista y que al parecer a nuestras autoridades no les han causado el menor desvelo.

La más importante, ¿por qué los normalistas viajaron más de cien kilómetros para trasladar sus tropelías y protestas a Iguala? No hay duda de que abandonaron su zona de confort, Chilpancingo, donde son amos y señores, donde obtienen fondos de casetas carreteras y comercios, y donde la policía no se atreve a tocarlos. Está sucediendo en estos momentos, para demostrar el dicho.

¿Quién los financió, los organizó, los trasladó? Más que curioso el hecho de que en primera versión se haya dicho que iban a secuestrar autobuses para viajar a la ciudad de México y participar en protestas y manifestaciones del 2 de octubre y de los politécnicos.

¿Cómo llegaron, por qué no usaron las mismas unidades para viajar a la capital sin necesidad de pasar por Iguala? Una versión, otra más de las que circulan en torno a este hecho, afirma que fueron “contratados” para reventar el destape de la esposa del edil, que usó su informe anual del DIF para candidatearse a la Presidencia Municipal.

Seguimos con las versiones, sustitutos ideales de las informaciones: el prófugo Abarca, furioso, habría ordenado a sus amigos policías o a sus amigos narcos que les aplicaran un castigo ejemplar. “Mátenlos, a ver si aprenden”, habría sido la expresión.

En Chilpancingo el señor que se dice gobernador sabía de lo que pasaba en Iguala, pero se negó a intervenir, cuando quiso hacerlo ya era tarde la masacre había concluido, si es que hubo tal masacre y no únicamente los seis muertos reportados.

¿Por qué no se ha seguido la información sobre los catorce jóvenes aparecidos en sus casas después de que se habló de casi 50 desaparecidos? ¿Podría pensarse que hay otros más que permanecen ocultos, lo que sostiene la declaración de algunos funcionarios federales de que los encontrarán?

Las acciones coordinadas en la quema del Palacio de Gobierno y la toma de otras instalaciones oficiales, ¿permitirían suponer que efectivamente hay, como dicen, una manita que está provocando el desorden el caos y la desestabilización del país. Muchos voltean al norte, desde donde llegan admoniciones, advertencias y órdenes para resolver el tiradero.

Nuevamente se rechaza la posibilidad de la renuncia de Aguirre Rivero, lo que lleva a la pregunta que ya parece institucional: ¿qué le deben? ¿Por qué o contra quién lo protegen? ¿El gobernador sabía lo que podía pasar en Iguala? ¿Tuvieron algo que ver sus guardias comunitarios, de los que nada se sabe después que los armó, los uniformó y los dotó de armamento exclusivo del Ejército?

Son preguntas que jamás tendrán respuesta. Hacen temer cómplices al más alto nivel gubernamental. Sí, hasta Chapultepec y zonas verdes aledañas pero no hay que preocuparse, entramos en etapa pre electoral, el único motivo de vida de nuestros hombres públicos.

Habrá que esperar sin esperanza…

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