El director del Agua en Huixquilucan, Arturo Martínez Alfaro, no niega sus aspiraciones de ser alcalde de esa localidad. Intentó cubrir el interinato que dejó el priísta Carlos Iriarte, pero le cerraron el paso; sin embargo, aprovecha cada oportunidad para auto promoverse.
Su desempeño como servidor público, es pésimo. Actualmente la inconformidad entre los usuarios del agua en esa localidad, va en ascenso. En la zona residencial los medidores o no sirven o están alterados porque los cobros son exorbitantes y abusivos.
Ejemplo de ello es el pago de 60 mil pesos, en un lapso de seis meses, que debía hacer un particular, el mismo que personalmente le reclamó tal arbitrariedad e hizo del conocimiento de ello al gobierno estatal.
Las anomalías no terminan ahí, en la zona popular, como El Pedregal, área ejidal e irregular, en la cual jurídicamente no tiene facultades el municipio, cobra 15 mil pesos por toma de agua. ¿A dónde va a parar ese dinero? A las arcas municipales, no.
Tal parece que Arturo Martínez Alfaro, gusta de los malos manejos de los recursos públicos, otro ejemplo. Cuando fue tesorero municipal y posteriormente alcalde interino en el municipio de Texcoco, se vio envuelto en un escándalo por presuntas irregularidades de la disposición de 200 millones de pesos.
Junto con el entonces edil, Amado Acosta, endeudaron a esa localidad, pues solicitaron un préstamo por tal monto con el presunto fin de ejecutar siete obras de gran relevancia.
Finalmente no hicieron nada y devolvieron 100 millones de pesos; de los otros 100 millones de pesos no informaron nada. Ante ello, en su momento, el Órgano Superior de Fiscalización del Congreso local inició una auditoría a la administración del PRI, trienio 2009-2012 por presuntas anomalías.
Los malos manejos no terminaron ahí, la actual administración de Texcoco presidida por la alcaldesa Delfina Gómez, denunció públicamente que, siendo Tesorero Martínez Alfaro, y después alcalde interino, se descubrió que por tres años rentaron 19 patrullas y 3 unidades médicas móviles, lo que costo a los contribuyentes 100 millones de pesos.
En fin, sus antecedentes no son ejemplares, todo lo contrario, por lo que sus aspiraciones de ser alcalde de Huixquilucan, seguramente en eso van a quedar.
Martínez Alfaro, protegido en su momento por Manuel Cadena, político texcococano, considera que la población no tiene memoria, pero se equivoca, como servidor público ha dejado muchas huellas de su mal desempeño.
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Por cierto en esa localidad, el responsable de Seguridad Pública, Eduardo González, está rebasado por la inseguridad. En días pasados fue hallado otro ejecutado en el camino que conduce a la comunidad de Santiago Yancuitlalpan.
Los robos a comercio y los asaltos en los camiones de servicio público de transporte siguen. Su incapacidad es evidente, inexplicablemente el alcalde José Neyra lo sostiene en el cargo, pese a lo nocivo que resulta para la población del municipio.

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