Sin solución y sin paz, aumenta la crisis guerrerenses

Jorge Herrera Valenzuela

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Octubre 30, 2014 14:38 hrs.

Jorge Herrera Valenzuela › diarioalmomento.com

Política Nacional › México Ciudad de México


Todos los esfuerzos que haga el Gobierno Federal para devolver la paz, la tranquilidad y la seguridad a las 43 familias de los normalistas de Ayotzinapa, no arrojarán los resultados apetecibles y nada positivo puede pronosticarse. Las declaraciones del capturado líder del grupo delictivo Guerreros Unidos, le dan, a este asunto, un sesgo potencialmente muy grave porque revela que lo ocurrido la noche del 26 de septiembre fue parte de un operativo” contra sus rivales, “Los Rojos”, por el control de plaza. Había 17 infiltrados entre los estudiantes y de rebote estos fueron sacrificados

Hace unas semanas el sacerdote católico Alejandro Solalinde afirmó que “algunos” normalistas habían sido incinerados en vida. Se le vino el mundo encima porque no pudo sostener esa versión. Ahora es Sidronio Casarrubias Salgado, el líder del grupo de delincuentes conocido como Guerreros Unidos, quien declaró ante el Ministerio Público Federal que 17 de los secuestrados pertenecían a la célula “Los Rojos” que jefatura Santiago Mazari Hernández , alias, “El Carrete”, aunque no precisó si eran o no estudiantes.

Pues bien, según Sidronio, a esos 17 les dieron muerte a tiros, incineraron los cuerpos y las cenizas fueron arrojadas a un río. Tal vez esta versión que conoció oportunamente el procurador Jesús Murillo Karam tenga veracidad, toda vez que Casarrubias Salgado aseguró que “los rojos” iban a liquidar a Víctor Hugo Benítez, “El Tilo”, jefe de la plaza de Iguala por parte de Guerreros Unidos. Con ello podemos entender que más que ir contra los alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, las acciones criminales estaban dirigidas a “los rojos”. La Procuraduría General de la República tendrá que corroborar ese dicho e investigar los nombres de esos 17 jóvenes que refiere Sidronio.

También hay que señalar que al equipo de Murillo Karam le quedan tres importantes puntos por aclarar: la identificación de los 38 cuerpos encontrados en once fosas y que se afirma no corresponde ninguno de ellos a estudiantes; determinar con exactitud la identidad de “El Gil”, personaje de singular importancia, ya que está señalado como el director de la ejecución y hasta ahora es un hombre “invisible”; y, lo que tiene de cabeza a las policías: la localización y captura de los esposos José Luis Abarca Velázquez y María de los Ángeles Pineda Villa, autores intelectuales del secuestro masivo realizado la noche del 26 de septiembre, cuando ella estaba por rendir su informe como presidenta del DIF municipal e iniciar su campaña para suceder a su esposo, José Luis, en la alcaldía de Iguala.

Los días siguen transcurriendo y pese a que la PGR tiene a varios sujetos de los que intervinieron materialmente en los hechos de aquel fatídico viernes, no ha logrado establecer exactamente el destino de los 43 desaparecidos y por este motivo muchos de los padres y familiares de los normalistas tienen la esperanza de encontrar vivo a todo el grupo. Sin embargo están las declaraciones de Casarrubias Salgado que echan por tierra esos buenos deseos y que devolverían la tranquilidad al histórico municipio de Iguala.

PREGUNTA PARA MEDITAR:

¿Qué tanto más sabrá de este horrorizante caso el padre Solalinde, porque él muchos informadores que no se acercan a los investigadores policíacos?

jherrerav@live.com.mx

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