* Profesor ‘enamora’ a su alumna de 12 años (Yucatán)

* Menor de 13 sostenía relación amorosa con adulto de 55 años (Chihuahua)

* Embaraza estudiante de secundaria a su maestra (Tamaulipas)

* sostuvo tres años relaciones sexuales con una menor de edad (Chihuahua)

* Convence con engaños a menor de edad para llevársela y abusar de ella (DF)

* Acusan a maestro de tener relaciones sexuales con alumna de 14 años (Chihuahua)

No se trata de novelas de drama ni de títulos de películas de ficción. Son encabezados de informaciones periodísticas que día a día detallan el riesgo al que están expuestos los menores de edad ante el acoso, galantería y seducción de adultos.

El objetivo es claro: obtener el consentimiento de la jovencita o el jovencito para sostener relaciones sexuales… Ello, sin embargo, no deja de ser un delito.

No obstante, en el estado de Guanajuato, desde el pasado martes 16 de diciembre, la mayoría de estos actos podrá sortearse fácilmente en los juzgados penales, debido a la recién aprobada Ley de Juventud, a través de la cual se “otorgaron” plenos derechos sexuales y reproductivos a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes de entre 12 y 29 años de edad, que representan aproximadamente 2 millones de habitantes (un tercio de la población total de la entidad).

Bastará que la niña, el niño, la adolescente o el adolescente argumenten que consintieron la relación sexual, en estricto apego al derecho que les otorga la Ley de Juventud del estado de Guanajuato, la cual fue aprobada el pasado viernes 12 de diciembre por mayoría en el Congreso (incluidos los 18 votos de los legisladores del PAN, fracción responsable de promoverla bajo la batuta del diputado Luis Daniel Campos Lango), signada el lunes 15 por el gobernador Miguel Márquez Márquez y publicada al día siguiente en el Periódico Oficial de la entidad.

Dicha ley considera como “joven” al “ser humano” ubicado en el rango de edad entre los 12 y 29 años cumplidos, a quienes para efectos de la nueva legislación estatal, les está garantizado el libre acceso a decidir sobre su cuerpo, a recibir educación sexual y a ejercer libremente su sexualidad.

Ello, por tanto, no deberá “espantar” a nadie, pues se trata de garantizar y respetar a plenitud los derechos que fueron aprobados por el Congreso del estado, avalados por el mismísimo gobernador de la entidad y que convierten a Guanajuato en la primera entidad del país (a la vanguardia, incluso, de gobiernos perredistas y congresos con mayoría legislativa de la izquierda), en otorgar a su niñez, adolescentes y jóvenes los llamados “derechos sexuales y reproductivos”.

Cabe destacar que tales derechos no están plasmados en ningún articulado de la Constitución Política Mexicana y tampoco figuran en acuerdos o tratados internacionales pactados por el Estado mexicano, como se argumentó a nivel federal, en los debates de la recién promulgada Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de donde fue eliminado tal concepto.

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