Profeta en su época

Carlos Ravelo Galindo

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Abril 12, 2015 23:49 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Periodismo Nacional › México Ciudad de México



Hoy que el mundo se debate en graves problemas con el criterio musulmán. Y numerosas naciones enfrentan creencias con resultados de antes de las cruzadas, hace más de un siglo, el autor británico de sangre, sudor y lágrimas, Sir Winston Churchill en forma admirable lo advirtió en1899: “Los musulmanes pueden mostrar cualidades espléndidos, pero la influencia de la religión paraliza el desarrollo social de aquellos que lo siguen. No existe ninguna fuerza retrógrada más fuerte en el mundo”.
Aún más sorprendente es que nunca se había publicado lo que pensaba Churchill sobre el Islam. Increíble, pero el siguiente discurso fue escrito en 1899. Y fue entregado por él ese mismo año cuando era un joven soldado y periodista.
Hizo abstracción de su nacionalidad, pero expone la opinión actual de muchos con el idioma churchilliano que vuelve a la frase y el uso de la lengua inglesa, de los cuales era un maestro del pasado.
Sir Winston Churchill fue, sin duda, uno de los hombres más grandes de los siglos XIX y XX. Era un joven soldado valiente, un brillante periodista, un extraordinario político y estadista. Un líder de la gran guerra y primer ministro británico. Estaba como un profeta en su propia época.
Sir Winston Churchill murió el 24 de enero de 1965, a la edad de 90 años y, tras una vida al servicio de su país, se le confirió un sepelio de Jefe de Estado.
He aquí el discurso:
“¡Qué terribles son las maldiciones que el Mahometismo establece en sus devotos! Además del frenesí fanático, que es tan peligroso en un hombre como la hidrofobia en un perro, hay esa apatía fatalista que es temerosa. Los efectos son evidentes en muchos países, los hábitos imprevistos, desaliñados, sin sistemas para la agricultura, métodos lentos de comercio y la inseguridad de la propiedad existe dondequiera que los seguidores del Profeta se instalen o vivan. Un degradado sensualismo priva a sus vidas de la gracia y el refinamiento, los aleja de su dignidad y santidad. El hecho que en la ley mahometana cada mujer debe pertenecer a un hombre como de su absoluta propiedad, ya sea como un niño, una esposa o una concubina, retrasa la extinción definitiva de la esclavitud y hasta la fe del Islam ha dejado de ser una gran potencia entre los hombres. Los musulmanes individuales pueden mostrar cualidades espléndidas, pero la influencia de la religión paraliza el desarrollo social de aquéllos que lo siguen.
No existe ninguna fuerza retrógrada más fuerte en el mundo. Lejos de ser moribundo, el Mahometismo es un militante y proselitismo de su fe. Ya se ha extendido a lo largo de África Central, crían a guerreros sin miedo a cada paso y si fuera que el cristianismo no está protegido en los fuertes brazos de la ciencia, la ciencia contra la cual han luchado en vano, la civilización de la Europa moderna podría caer, como cayó la civilización de la antigua Roma.”
(Sir Winston Churchill; Fuente: "El río de la guerra", primera edición, Vol. II, páginas 248-250 London).
Lo vio venir. Fue un visionario. No como otros que ven el fuego y no lo apagan.
craveloygalindo@yahoo.com.mx
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