Mu-jer-T-error

Mario Andrés Campa Landeros

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Abril 27, 2015 18:54 hrs.

Mario Andrés Campa Landeros › diarioalmomento.com

Cultura Nacional › México Ciudad de México


Todo surge al tacto. Con manos húmedas. Con miradas perdidas sin detenerse en nada. Manos danzan y giran en alegre movimiento del ser, reflejado en la cúspide de las caderas. Pestañas. Recuerdo que se queda encantado. Fue un segundo, no más. Un sueve viento del roce de pieles enlazadas, enlazadas en un “es él..”, “ella es...”. El mucho gusto repetido tantas veces sin sentido. Eso fue una pasajera presentación envuelta en una quimera.
Las palabras fueron, no sé cuántas. Sólo palabras sin saber de nombres. Nada. Miradas estancadas. Un rápido adiós. Un hasta pronto. Un viento que deja profunda huella en el alma. Inolvidable perfume que crece como honda marca expandida en un suspiro.
Una sola mirada.
Luego tu presencia impactante. Labios de grana. Se pueden tocar con el deseo, pero reflejan la tristeza de escuela, trabajo, padre, madre, prisas de ese correr y constante dudar. Sonreír, callar y dar. No estar quieta en ninguna parte o circunstancia. Perderte siempre en aquél amor que extrañas y en desesperarte en constante tac tac o tic tac en noches, mañanas no retornables.
De pronto, te colaste por la pequeña fisura de mi pecho. Ya adentro, tus alas se despliegan en todas las arterias y vienen, causan zozobra, inquietud, insomnio y cariño. La vida, mi-tú toman su camino. Te ves mujer. Termina la niña. Una luz se esconde en las pupilas de un viejo juego y se juega a la esperanza.
Se puede huir, pero lastima la decisión y nada se hace.
No me gusta el desdén porque hace daño. Prefiero disfrutar el laberinto del valor de la palabra. Del sueño y del ensueño , cuando aún se está despierto.
Amo el terror, porque mantiene mi pupila alerta. Amo a la mu-jer-T-error porque el terror en mi es duelo. El juego de palabras es un constante mantenerla aquí en mi pensamiento y en todos los sentidos. Es pelear contra los propios sentimientos que la buscan. Es un aferrarse a ti. Se juega con los sueños...
Yo sólo sueño que despierto...




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