Qué pena. Los directores del IMSS y del ISSSTE, acaban de morir. Debieron tratarse en el Seguro Popular.
Digamos que se llamaba Héctor Humberto, y era el tipo de persona que nos encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, el respondía: “Mejor, imposible”
Había cambiado de trabajo y varios de sus colaboradores le habían seguido en todos sus cambios. La razón era su actitud: un motivador natural.
Si un colega tenía un mal día, HH estaba ahí para enseñarle cómo ver el lado positivo de la situación.
Un día fuimos a buscarlo. Le preguntamos:
No es posible ser una persona positiva todo el tiempo. ¿Cómo lo haces?
Respondió: Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: “Mira, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen o de mal humor”. Me quedo con lo primero.
Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser víctima o aprender de ello. Aprender, ayuda".
Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo esto.
Pero no es tan fácil, replicamos.
Sí, lo es, dijo HH. Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen o de mal humor. En resumen: Tú eliges cómo vivir la vida.
Reflexionamos en lo que nos dijo: Razonamiento adecuado y digno de imitarlo
Por cuestiones de residencia, perdimos contacto. Con frecuencia pensaba en Héctor Humberto. Sobre todo cuando teníamos que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar contra ella.
Varios años más tarde, nos enteramos que HH hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio: dejó la puerta de atrás abierta y fue asaltado por tres ladrones armados.
Al tratar de abrir la caja fuerte, su mano tembló por el nerviosismo; equivocó la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon.

Fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de ocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, se le dio de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo.
Nos lo encontramos seis meses después del accidente y cuando le preguntamos cómo estaba, respondió: “Mejor, imposible".
Qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó: “Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos opciones: vivir o morir. Elegí vivir.
"¿No sentiste miedo?“
"Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en sus caras y de las enfermeras, realmente me asusté. Podía leer en sus ojos: “Es hombre muerto." Supe entonces que debía tomar aquella decisión”.
¿Qué hiciste?
"Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo, y respirando profundo grité: - "Sí, a las balas" - Mientras reían, les dije: escogí vivir. Opérenme como si estuviera vivo, no muerto".
HH vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendió que cada día tenemos la elección de vivir a plenitud. Cómo eres. Cómo te ves. Cómo te sientes. Cómo vives, La actitud finalmente lo es todo. Y es nuestra
Es cierto que solo se frustran aquellos que dejan de ver la vida en su parte positiva.
Héctor Humberto RyG no deja de mostrar esa gran sabiduría de ver todo con sus ojos de optimismo. Esta narración es un homenaje a él.
craveloygalindo@gmail.com