El que se ríe, se lleva

Carlos Ravelo Galindo

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Mayo 26, 2015 19:27 hrs.

Carlos Ravelo Galindo › diarioalmomento.com

Política Nacional › México Ciudad de México


Tienen razón: “Campañas sucia, el sello electoral en comicios de 2015”. La pelea callejera es la constante. Mejor el insulto, lo negativo que lo propositivo. Nadie dice qué quiere hacer. Denigra, o intenta, a su opositor o contrincante de partido. Ni modo. Hubieran recurrido al ingenio para validar el aplauso. Y no la carcajada, como los siguientes ejemplos:
Todo por servir se acaba y acaba por no servir. Antes eras mi bella Clara. Hoy, eres mi claraboya, diría don Roberto Soto Prieto, con su ingenio nato.
Más o menos coinciden con las anécdotas, mejor dicho revelaciones, que vamos a platicarles. Antes acuérdate que el que se ríe se lleva. Algunos dan buenos consejos porque ya no pueden dar malos ejemplos.
Estaba en el funeral de David y de repente empezó a gritar: Josefa, Josefa, sácame de la caja, que estoy vivo y yo le contesté. ¿A poco vas a saber más tú que el médico?
Lupita, ¿tú todavía tienes orgasmos? Pues no lo sé, María, después lo miro en casa. Pero yo creo que tengo gladiolos.
Oiga comadre, ¿usted ha hecho el amor con condón? ¿Con Don quién?
Qué aburridos son ahora los programas de la tele, me dijo. Abuelo, que no es la tele. Lo que estás mirando es el microondas
No sé qué hacer María, mi marido se come las uñas. Escóndele la dentadura
Llamé al técnico porque no me funcionaba el internet y me preguntó qué luces tenía encendidas... y yo le dije que la del salón y la del pasillo.
Catita, ¿cómo dices que se llama ese alemán que me hace perder la cabeza? - Alzheimer!
Ahora no recuerdo, entre estas siete, cuál era la pastilla de la memoria, preguntó al aire el político viejo.
Plática entre tres amigas:
- Yo me llamo Carolina pero todos me dicen Caro
- Yo me llamo Valentina pero todos me dicen Vale
- Yo me llamo Penélope y no me gustan los apodos
Dos señoras tras salir de la iglesia, de una larga misa de casi tres horas, una le susurra a la otra: " tengo las nalgas dormidas". Y ésta le contesta: "Sí. Ya sé. ¡Las oí roncar tres veces""
Va don Carlos al médico y le dice:
Doctor, estoy preocupado porque tengo casi 100 años y todavía persigo muchachas. Pues eso sí que es un caso insólito. Dígame en que quiere que le ayude, qué es lo que le preocupa de eso. Pues que cuando las alcanzo ya no me acuerdo para qué.
Anoche mi marido me propuso atarme a la cama para tener sexo- ¿Y qué tal te fue Mercedes? – Lo hizo y volvió a las seis de la mañana
La edad no es obstáculo para soñar. Ni para competir en estas elecciones de guerra y difamaciones. Mejor no te rías. O deja de hacerlo, porque hay pájaros en el alambre, diría don Lorenzo.
craveloygalindo@gmail.com

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