Al asumir el poder en 1876, Porfirio Díaz, con una habilidad nunca antes vista, pacificó literalmente a México y lo encarriló por el camino del orden y el progreso, pues antes de él, el país estaba literalmente destrozado y empobrecido a causa de 55 años de ininterrumpidas luchas intestinas desde la consumación de la Independencia en 1821.

Así se puso de manifiesto en el acto cívico realizado este fin de semana en el Club de Periodistas, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, para honrar la memoria de Porfirio Díaz Mori, en el Primer Centenario Luctuoso de su fallecimiento.

En el acto participaron el reconocido periodista Salvador Borrego Escalante, Loui Alain de Mauleón Medina, Ernesto Rojas y Rogelio Demay.

Porfirio Díaz, un hombre de principios

En sus respectivas intervenciones, Rogelio Demay y Ernesto Rojas pusieron de relieve que, si bien Porfirio Díaz se afilió a la masonería a instancias de Marcos Pérez, por otra parte, el gran ascendiente de valores y vivencia cristiana que le transmitieron sus padres, don José de la Cruz Díaz Ordaz Orozco y doña Petrona Mori Cortés, fueron a la postre los que influenciaron positivamente sus acciones como un gobernante honesto. Y por eso, nunca aceptó las orientaciones que intentó imponerle la masonería estadounidense y se mostró siempre como un nacionalista convencido.

Porfirio Díaz fue de esa “rara avis” que no se dedicó al saqueo, que no se dedicó al robo.

Porfirio Díaz trajo progreso y paz

Salvador Borrego destacó que cuando Don Porfirio llega al poder, en tiempo de lluvias México era una tierra tremendamente incomunicada. Los caminos de tierra se convertían en lodazales; las mercancías no podían cruzar de un lugar a otro; los ríos crecían y arrastraban algunos puentes.

Fue entonces que Don Porfirio empieza una obra gigantesca: empieza por nivelar terrenos y luego a hacer millones y millones de durmientes, casi pegados los unos a los otros, y encima de ellos 22 mil kms. de vías de ferrocarril que empezaron a transportar personas y mercancías por los cuatro puntos cardinales de México.

Tan sólo con esta obra, Don Porfirio pasaría a la historia, señaló Salvador Borrego. Pero, añadió, hizo más. Tendió también 77 mil kilómetros de hilos telegráficos y también creó el Servicio Postal Mexicano, entre muchas otras. Fueron obras gigantescas.

Recordó Salvador Borrego que en el siglo XIX, en los caminos se asaltaba a las carretas que llevaban mercancía, a los carruajes de pasajeros, y no se hacía nada para dar seguridad al público. Fue así también que Don Porfirio les dijo a la policía rural: “Si los agarras infraganti, mátalos en caliente”. Y así se acabaron los asaltos en los caminos del país y hubo seguridad para viajar a cualquier parte y con mayor razón en los trenes.

Loui Alain de Mauleón resumió, por su parte, que durante el gobierno porfirista la hacienda pública se mantuvo con superávit; el peso por encima del dólar, se pagó la deuda externa, se obtuvo crédito internacional, se creó la Caja de Préstamos para la Agricultura y Fomento de la Irrigación, lo que propicia que en 1911 hubiera un total de 8,431 haciendas en activo y 48,635 ranchos productivos, lo que se traduce en que la gente comía mejor en 1900 que en 1867, o lo que es peor: que en 2015.

Piden repatriar sus restos a México

El acto cívico en memoria de Don Porfirio Díaz Mori concluyó con la exigencia al gobierno mexicano de repatriar su restos mortales, con todos los honores civiles y militares que su altísima investidura de General de División y Jefe de Estado le merecen, para sepultarlo en la tribuna más alta y más distinguida que existe en México, y que el 2 de Julio se establezca como la fiesta civil más importante del calendario, por encima de fechas irrelevantes o ridículas como el 5 febrero, 21 marzo o 20 noviembre.

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