Fábula

Mario Andrés Campa Landeros

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Octubre 04, 2015 14:45 hrs.

Mario Andrés Campa Landeros › diarioalmomento.com

Cultura Nacional › México Ciudad de México


La virtud del superhombre
es sonreír todos los días

Los animales también tienen errores y virtudes.
Un día, en este gigantesco circo de la vida, se encontraba eb una jaula retozando un león. A pesar de estar preso seguía sintiéndose el rey de la selva, pero de concreto. Frustrado en el encierro mostraba su tristeza y, estaba a punto de la lágrima.
Ya no ruía como antes en sus dominios vegetales. Sin embargo, no dejaba de ser importante figura con su fiereza entre barrotes. Al menos él lo sentía.
Fundido en sus pensamientos estaba, cuando de entre el heno apareció la figura pequeñita, inocente y débil de un ratón. Al ver el rey de la melena a tan tierna especie se lamió los bigotes. El ratoncito quedó paralizado.
El rey como no estab en su ambiente selvático y nada tenía qué hacer, con su pata delantera empujó al ratoncito que fue a dar hasta el otro extremo de la jaula. Se repuso, pero la otra pata del león lo mandó del otro lado. Y así lo mantuvo en un constante pin -pon con sus garras. El pobre roedor rodaba y rodaba. Los momentos trágicos se le hicieron eternos; primero, minutos; luego, horas y finalmente días. Así el león traía al diminuto roedor, dando vueltas y vueltas, día tras día.
La verdad es que el señor león nunca pensó en comérselo ni mucho demnos en darle un buen servicio. Se trataba sólo de demostrar quién era el que mandaba en esa jaula.
Asi pasó el tiempo y el pobre ratón no se repuso. Eso sí se molestó de la actitud del rey de la jaula. Pero nada podía hacer, sino esperar. Cansado el león de su juego dejó ir al ratoncito. El león había quedado satisfecho de su hazaña, mientras por su lado, el ratón se fue feliz de sobrevivir.
-¡Alfún día me las pagarás!, le gritó el ratón.
El león sonrío.
Así es el gigantesco circo de la vida. Siempre habrá leones enjaulados y ratones en libertad...

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