Desaparición forzada de un minisalario

Fernando Irala

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Octubre 05, 2015 10:30 hrs.

Fernando Irala › diarioalmomento.com

Periodismo Nacional › México Ciudad de México


De no haberlo anunciado con gran formalidad las autoridades responsables en los días previos, muy pocos se habrían enterado; fuera de los trabajadores que tengan la desgracia de recibirlo en las regiones donde estaba vigente, y por supuesto los patrones que basan sus negocios en pagar tan escasos emolumentos a sus empleados.
El hecho es que la semana pasada, el primero de los días de octubre para ser precisos, desapareció el salario mínimo de la llamada “zona B”, y con ello hay un solo nivel salarial base aplicable en todo el país.
Hace un trienio había desaparecido la “zona C”, donde regía un minisalario todavía más reducido.
Pero en el más alto de los casos, y en el más bajo, el salario mínimo hace mucho que desapareció de la economía mexicana, pues aunque nunca cumplió del todo la función que le asignó desde 1917 la Constitución, en las últimas décadas ha perdido la mayor parte del poder adquisitivo que alguna vez tuvo.
La Carta Magna señala puntualmente que “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las
necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.
Con los setenta pesos y diez centavos fijados actualmente por la Comisión que lo establece, a una familia de tamaño promedio debe alcanzarle para los pasajes diarios y unos tacos de canasta. De la renta, la ropa, y la educación de que hablan las leyes ya ni hablamos.
De ese deterioro salarial deriva buena parte de los problemas de pobreza y desigualdad que el país vive, y que afecta a la mayoría de la población.
Por ello también una gran parte de la fuerza laboral ha preferido invadir las calles y dedicarse al comercio informal, pues hasta los limpiaparabrisas obtienen ingresos mayores que en un empleo con uno o dos minisalarios.
La gran pregunta es por qué una economía de la dimensión de la mexicana no puede ofrecer salarios dignos a los trabajadores. Empezando por el mínimo.

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