Sin Bombo ni platillo

Lilia Cisneros Luján

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Febrero 08, 2016 20:31 hrs.

Lilia Cisneros Luján › diarioalmomento.com

Periodismo Nacional › México Ciudad de México


Una colorada (vale más que cien descoloridas) Sin mucho bombo ni platillo y a un año del centenario, el pasado día cinco se recordó que en 1917, luego de una gesta revolucionaria, se promulgó una constitución para los mexicanos que en su momento fue considerada modelo para las de otras naciones como la entonces Unión Soviética.
Jorge Carpizo o Diego Valadez, entre muchos otros, han escrito sendas investigaciones que dan cuenta de lo poco que queda de ese esfuerzo, en un documento que sigue rigiendo nuestra vida sociopolítica, aunque con casi nada de la intención original de proteger a obreros, campesinos y en general mexicanos organizados en diversos sectores populares, que para nada se asemejan a lo pretendido hoy por las llamados organizaciones de la sociedad civil. (OSC).
Es vastísima la literatura que tanto apologistas como detractores, han publicado acerca del artículo 27, relativo a la propiedad originaria de la nación, sobre hidrocarburos, minerales y otros bienes, cuyo destino hoy es un producto más del comercio internacional, manejado por intereses privados. De lo referente a los derechos agrarios, baste con ver cómo es que los ejidatarios y comuneros han dejado en el abandono sus tierras o las han vendido a acaparadores, que en otro tiempo debieron regresarles sus propiedades originarias y; tocante a las prerrogativas laborales, entre sindicatos charros, legisladores despreocupados y titulares del ejecutivo a los cuales poco les importa la vejez de quienes hacen producir el capital privado, solo vemos como han aumentado las filas de ancianos carentes de alguna protección que les de, ya no digamos holgura, cuando menos la dignidad de una vida en la que se les garantice alimentación y cuidados básicos.
Hay un capítulo histórico del que poco se habla y este ocurrió justo en la presidencia del general Lázaro Cárdenas. En 1935 –justo cuando los Estados Unidos sufrían las consecuencias de una crisis financiera que propició más de un suicidio- se suscribió un convenio con una organización cuyo basamento fueron los religiosos bautistas del sur de la unión americana Esta organización que hoy por hoy y como consecuencia de su apertura ínter-denominacional prepara misioneros de muy diversas filiaciones –presbiterianos, metodistas, pentecostes, anglicanos e incluso católicos- ha estado convencida de “ Que la esperanza y la base moral espiritual, ofrecida en las sagradas escrituras son más eficaces que cualquier otra fuerza”. ¿Cuál es la relación de dichos misioneros con la constitución de 1917 y con quien terminó siendo un muy cercano amigo del fundador de la SIL?[1]
Por este convenio en nuestro país trabajaron anualmente 248 misiones con más de 350 lingüistas, en 93 grupos que no sabían leer ni escribir y mucho menos tenían algún tipo de conservación de sus bases hablantes. Los misioneros de muy diversas nacionalidades que llegaron, por la visión del General Cárdenas, eran preparados en fonética, morfología y sintaxis, lo cual los hace incluso hoy día, expertos en diseño de alfabetos prácticos, elaboración de material didáctico así como traducción a dichas lenguas -según su espíritu altruista y sacrificado- y de literatura de alto nivel cívico, como fue el himno nacional y por supuesto la constitución de 1917.
Ese convenio, que fue el primer instrumento para llevar la constitución de 1917 a millones de mexicanos iletrados en el español e indígenas por destino, se convirtió en 1942, en el denostado Instituto Lingüístico de Verano. La amistad entre el general Lázaro Cárdenas (1934-1940), duró a lo largo de la vida de ambos.
Towsend, además de escribir una biografía del general [2] promovió un museo –México Cárdenas- que inauguró en 1977 el Lic. Hugo B, Margain, en representación oficial del presidente de la república, pronunciando un amplio discurso en North Carolina, dentro del cual se destaca:
"El Presidente López Portillo me solicitó expresar su agradecimiento a William C. Townsend por esta obra de extraordinarias dimensiones en donde se proyecta la personalidad, rica en facetas, de uno de nuestros más grandes héroes de la historia del México contemporáneo”. A dicha inauguración el 18 de junio de ese año asistieron la señora Amalia Solórzano de Cárdenas, el Subsecretario Cuauhtémoc Cárdenas y señora, y de sus hijos Lázaro y Cuauhtémoc.
El centro nacional[3] se ubicó al sur de DF, justo donde años después., luego de dar por revocado el convenio de comodato, se convirtió en las oficinas del IFE. Es de señalar que por un punto de acuerdo se solicitó que dicha instalación fuese la sede del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, hoy reducido a una pequeña propiedad en la elegante colonia chimalistac.
Por supuesto el ILV, pasó por toda la fase de críticas, descalificación y enfrentamiento que nos abruma y los indígenas han vuelto al analfabetismo, la marginación y la carencia de horizonte, básicamente porque esa constitución que gracias a Lázaro Cárdenas conocían, ya no es la misma ni les protege.
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[1] Somer institute of linguistic, fundado por William Cameron Townsemd www.mexico.sil.org
[2] publicada en español (Lázaro Cárdenas: Demócrata mexicano, Editorial Grijalbo) y en inglés (Lázaro Cárdenas: Mexican Democrat, 1952, George Wahr Publishing Company).
[3] En 1960 el gobierno federal le concede al ILV, en comodato, un terreno de dos hectáreas en la delegación Tlalpan, DF, para la edificación de su Centro de Investigación y, dentro de él, el 19 de abril de 1964, en el marco de la celebración del Día Panamericano del Indio, el Presidente Adolfo López Mateos inauguró la Casa de Publicaciones en Cien Lenguas. El convenio de colaboración entre el ILV y el gobierno mexicano concluyó en 1989.





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